El Botón de Emergencia por COVID carece de objetivos e indicadores claros, advierte el ex Rector General de la Universidad de Guadalajara, Víctor Manuel González Romero.
En entrevista para Meganoticias, el académico señala que el indicador de incidencia semanal es engañoso, pues al momento de darse a conocer el valor de contagios ocurridos durante una semana, todavía no se tienen los resultados de la mitad de las pruebas aplicadas en el periodo, por lo que artificialmente parece que la cifra es baja y no supera el límite de 400 casos planteado para activar el Botón de Emergencia, cuando en realidad es muy superior.
"Prácticamente la mitad de los contagiados que eventualmente va a haber habido en esa semana todavía no los tienen registrados, entonces yo creo que es inadecuada la forma en como están utilizando este criterio, el número de pruebas difícilmente va a pasar los valores que se tienen ahorita, la única manera de que los valores se pasaran es si se aumenta el número de pruebas", advierte González Romero.
El académico pone como ejemplo los indicadores presentados el 26 de julio. Aquel domingo, el gobernador anunció que no se activaba el Botón de Emergencia porque en la semana hubo 336 contagios por cada millón de habitantes.
Sin embargo, todavía no estaban los resultados de todas las pruebas aplicadas, y actualmente se sabe, según los datos abiertos de Salud Jalisco, que el valor es de 538, muy superior a los 400 planteados como límite para activar el Botón, según la información que el propio Víctor González Romero ha compartido en redes sociales.
El experto advierte que el tiempo promedio para tener los resultados de las prueba es de 7 días, según un estudio reciente de académicos de la UdeG, pero incluso hay algunas que se hicieron desde abril y que todavía no tienen resultados.
Además, el número de pruebas es insuficientes, a pesar del esfuerzo del Gobierno del Estado y la propia UdeG para incrementar el número de pruebas a través de Radar Jalisco. Un indicador clave es la positividad, que señala cuál es el porcentaje de pruebas que resultan positivas a COVID-19, pues en Jalisco supera el 30 por ciento, cuando debería estar por debajo del 10 por ciento. Este indicador revela que las pruebas se están aplicando a personas que clínicamente ya tienen síntomas de COVID o están hospitalizadas, sin aplicarse a un gran número de población que pudiera ser asintomática o tener síntomas leves, que son quienes incrementan los contagios.
Para el ex Rector, el problema de fondo no es si se activa o no el Botón de Emergencia, sino la falta de un semáforo o herramienta con criterios claros, objetivos, que no permitan la discreción, sino la protección de salud y economía.
"Son los criterios para tomar decisiones que no sean discrecionales, que no sea que: ahora ponte una mesa para haber qué, o ahora ponte otra mesa para otra cosa, no, tiene que haber criterios basados en datos, con objetivos claros; y sabemos que el Botón de Emergencia ni se va a usar y creo que ni se debe usar, pero en lo que no estoy de acuerdo es que no haya esos criterios objetivos para la regulación de las actividades que puedan disminuir la movilidad y (mantener) el distanciamiento social en nuestra sociedad ante una pandemia como ésta", advierte González Romero.
Finalmente, el experto señala otro aspecto criticable del Botón de Emergencia: que se se aplicaría de forma pareja en todo el Estado. Es decir, no toma en cuenta las diferencias de cada región y el avance de la pandemia en cada municipio, por lo que a su juicio se debería regresar a un modelo de semáforo o monitoreo robusto de indicadores por cada zona de Jalisco, que permita tomar decisiones con base en datos confiables, las actividades que están incrementando los contagios, y evitaría la toma de decisiones a discreción.