Aunque se trata de uno de los productos insignia del sector agrícola de Jalisco, la producción de aguacate tiene graves secuelas medioambientales para comunidades principalmente del sur de la entidad.
Deforestación, despojo de agua, cambios de uso de suelo irregulares e incluso control de la delincuencia organizada en estas operaciones, son algunos de los fenómenos que acompañan la producción de esta fruta.
Recientemente, el organismo Climate Rights International, realizó una publicación,donde documenta que entre 2017 y 2022, fueron cambiados de manera irregular 19 mil hectáreas de bosque para la producción de aguacate. Autoridades locales solamente reconocen el cambio de uso de suelo de cinco mil hectáreas. Esta deforestación se presenta en al menos ocho de los 17 municipios que están facultados para la exportación de aguacate a los Estados Unidos.
El estudio señala que tanto el gobierno mexicano como el de Estados Unidos, toleran violaciones a disposiciones internacionales en materia medioambiental para la producción de aguacate y satisfacer la demanda que se tiene en el país vecino, pues solamente Michoacán y Jalisco tienen autorizada la exportación a la Unión Americana.
El estudio señala que mucho del aguacate que se lleva a Estados Unidos y en general en las tiendas de autoservicio, procede de zonas forestales destruidas, quemadas intencionalmente y después se realiza el cambio de uso de suelo de manera clandestina.
"Con el cambio de uso de suelo, para establecer varios monocultivos que se han estado imponiendo, vamos a decirlo así en los últimos tiempos. Sabemos del avance en el establecimiento de superficies con huertas de aguacate, también el establecimiento de agave tequila", expresó Gerardo Alberto González Cuevas, investigador en manejo forestal por la Universidad de Guadalajara.
En Jalisco hay 17 municipios autorizados para exportar aguacate a los Estados Unidos y son 79 las que producen esta fruta. Jalisco es el segundo estado productor de aguacate en el país, con 10.4% del total, detrás de Michoacán que genera 74% de la producción.
El caso de San Gabriel es un ejemplo de la deforestación. El estudio revela como fue la depredación forestal en los últimos años. Esta deforestación en 2019 provocó la perdida de retención de suelos y el deslave del cerro que cobró la vida de seis personas.
La producción de aguacate también genera una sobreexplotación de agua. El aguacate es uno de los cultivos que mayor cantidad requiere para su producción, 416 litros por kilo, sin embargo, en el caso de Jalisco, se usan hasta 744 litros de agua por kilo, lo que deja sin suministro a varias comunidades del sur de la entidad.
"No existe un marco jurídico, no hemos hecho todavía el marco jurídico, no sé cómo vayan con lo del huachicol, pero este es un huachicol de agua, muy grave", mencionó María del Refugio Ávila, Colectivo Campo AC.
Detrás de la deforestación y las malas prácticas para la producción del aguacate, hay grupos de la delincuencia organizada tratando de controlar el mercado, cita el estudio, y eso implica malas prácticas en materia ambiental y de consumo de agua.