Biólogos descubrieron una nueva especie de abejas carnívoras en Costa Rica que ante la intensa demanda por el néctar, evolucionaron adaptándose y alimentándose de la carne de cadáveres en la selva.
De acuerdo a un comunicado emitido por la Universidad de California en Riverside (UCER), un equipo de biólogos estadounidenses viajó hasta Costa Rica para estudiar a una especie de abejas buitre que habían desarrollado un diente extra y un intestino que se parece más al de animales carroñeros, así como una capacidad de producir miel comestible.
Estas llamadas abejas buitre o carroñeras, se caracterizan por no poseer aguijón y alimentarse de trozos de carne de cadáveres en las selvas tropicales de Costa Rica. Según los expertos, la evolución de estos insectos puede deberse a la intensa competencia por el néctar y el polen, en donde las abejas han desarrollado la capacidad de comer carne.
EVOLUCIÓN EN SU ANATOMÍA
De acuerdo a un estudio publicado en la revista mBio de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, debido al cambio radical en su dieta, sus cuerpos sufrieron diversas modificaciones, por ejemplo, en los intestinos de la mayoría de especies de abejas se hallan cinco tipos de bacterias principales, las cuales no han cambiado durante 80 millones de años de evolución; sin embargo, el microbioma de las abejas buitre se asemeja más al del sistema digestivo de las hienas y otros carroñeros.
Según Quinn McFrederick, entomólogo de la UCR, "El microbioma de las abejas buitre está enriquecido en bacterias amantes de los ácidos. Son bacterias nuevas que sus parientes no tienen", comentó el especialista, agregando que "estas bacterias son similares a las que se encuentran en los buitres reales, así como en las hienas y otros animales carroñeros, presumiblemente para ayudar a protegerlos de los patógenos que aparecen en la carroña", explicó.
MIEL COMESTIBLE
Un dato que en verdad sorprende a los científicos fue que la miel de las abejas carnívoras es comestible y dulce. Esto debido a que almacenan la carne en cámaras selladas en la colmena cerradas durante dos semanas antes de acceder a ellas.
En este sentido, Jessica Maccaro, coautora del estudio, explicó que "Estas cámaras están separadas de la zona donde se almacena la miel".
Por último, los científicos concluyeron que es necesario un estudio más profundo de las abejas buitre ya que podría proporcionar información valiosa sobre el papel del microbioma en los cambios "extremos" de la dieta.