Desde el inicio de la pandemia en 2020, muchos han tenido la sensación de que ese año no solo cambió la forma en que vivimos, sino también nuestra percepción del tiempo.
Este fenómeno, conocido como el "fenómeno 2020", hace que muchas personas recuerden ese período como si fuera mucho más largo de lo que realmente fue. Pero, ¿por qué sentimos que el tiempo pasó más lento o se desvaneció por completo? La neurocientífica cognitiva Nina Rouhani, de la Universidad de Harvard, ha investigado este fenómeno y ha encontrado algunas respuestas sorprendentes.
Rouhani y su equipo realizaron un estudio que analizó los recuerdos de más de mil estadounidenses durante 2020. Durante este período, marcado por la incertidumbre de la pandemia, los confinamientos y las tragedias colectivas, la percepción del tiempo se vio distorsionada de manera significativa. A través de encuestas periódicas, se les pidió a los participantes que recordaran eventos específicos, tanto personales como colectivos, y cómo esos recuerdos afectaron su noción del paso del tiempo.
El estudio reveló que los recuerdos de 2020 parecían estar más cercanos entre sí. En lugar de recordar los eventos de manera separada, como sucedía en otros años, los participantes reportaron que los eventos se sentían más pegados, casi como si estuvieran comprimidos. Rouhani explica que, al igual que un resorte comprimido, los eventos de 2020 parecían más cercanos en la memoria, lo que sugiere que la pandemia alteró nuestra percepción del tiempo.
Para comprender este fenómeno, los investigadores también compararon los recuerdos de 2020 con los de 2021 y 2023. Aunque la gente reportaba más recuerdos durante el confinamiento, la calidad de estos recuerdos era a menudo borrosa y carecía de detalles. Esto se debe, en parte, a la monotonía que caracterizó gran parte de esos meses, donde los días parecían repetirse sin variación. Según Rouhani, cuando las actividades diarias no cambian, el cerebro tiene menos estímulos para generar nuevos recuerdos, lo que lleva a una percepción del tiempo más comprimida.
La conexión entre emoción y memoria
El estudio de Rouhani también subrayó la conexión entre las emociones y la memoria. Los recuerdos más vívidos y cercanos tienden a estar asociados con eventos emocionales fuertes. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que los recuerdos negativos, como los relacionados con el estrés crónico, tienden a ser más difusos y menos detallados. De hecho, los participantes que experimentaron mayores niveles de estrés y depresión durante la pandemia reportaron recuerdos más numerosos, pero con menos claridad.
El confinamiento y la repetición de las actividades diarias también tuvieron un efecto profundo en cómo recordamos el tiempo. Rouhani explicó que cuando estamos expuestos a la monotonía, la falta de cambio puede hacer que el tiempo se perciba como más corto. Por el contrario, cuando vivimos experiencias variadas o impactantes, como las que ocurren en vacaciones, el tiempo parece más largo debido a la mayor cantidad de recuerdos generados.
Sin embargo, el estudio de Rouhani no solo se centró en los recuerdos personales, sino también en la memoria colectiva, es decir, cómo eventos importantes y compartidos por una sociedad afectan la percepción del tiempo. Rouhani y su equipo utilizaron las principales tendencias de Google para analizar los grandes eventos de 2020, como el asesinato de George Floyd y la muerte de Kobe Bryant. A través de estos eventos, los investigadores intentaron entender cómo la memoria colectiva se entrelazó con las experiencias individuales.
La emoción juega un papel crucial en la forma en que recordamos los eventos. La investigación mostró que los eventos emocionales intensos tendían a generar recuerdos más fuertes, pero cuando el estrés se volvía crónico, la memoria se veía nublada. Los participantes que reportaron altos niveles de depresión o trastorno de estrés postraumático recordaban más eventos, pero con menos detalles y mayor confusión.
¿Cómo la pandemia alteró nuestra percepción del tiempo?
Durante la pandemia, muchos de los participantes en el estudio reportaron que los eventos parecían más cercanos entre sí, una sensación que podría haberse debido a la falta de cambios significativos en la rutina diaria. Este fenómeno de "compresión temporal" hace que todo lo vivido durante el confinamiento se sienta como si hubiera ocurrido en un lapso mucho más corto. De acuerdo con los investigadores, la pandemia ofreció un espacio único para estudiar cómo los eventos de alto impacto alteran la percepción del tiempo.
Es importante recordar que la memoria no funciona como una simple grabadora. La mente humana reconstruye el pasado a través de influencias actuales, lo que puede distorsionar los recuerdos y la percepción del tiempo. Aunque la pandemia redujo la distancia entre los recuerdos de los eventos, otros factores, como la emoción y la repetición, también juegan un papel importante en cómo reconstruimos nuestras experiencias pasadas.
La investigación sobre la memoria humana y su relación con el tiempo aún está en sus primeras etapas. Rouhani y su equipo han dado un paso importante al estudiar cómo la pandemia alteró nuestra percepción del tiempo, pero existen muchas más preguntas sin respuesta. A medida que avanzan los estudios sobre la memoria, la neurociencia cognitiva se enfrenta a nuevos desafíos, como entender cómo las emociones, la monotonía y los eventos colectivos continúan influyendo en nuestra forma de recordar y vivir el presente.
Aunque la memoria puede distorsionarse debido a experiencias estresantes, los científicos también han descubierto que podemos influir en la forma en que recordamos el pasado. Rouhani sugirió que recordar con mayor detalle los eventos traumáticos puede ayudarnos a reinterpretar esos recuerdos y mejorar nuestra salud mental. Al recrear activamente recuerdos específicos y vívidos, se puede reducir la influencia de experiencias negativas en el presente y abrir la puerta a una percepción más positiva y esperanzadora del futuro.