Veneros y manantiales que surgen del subsuelo de Guadalajara son desperdiciados.
La audiencia de Meganoticias señaló sólo dos casos, de los múltiples que ocurren en la ciudad, donde el agua que da la naturaleza se mezcla con basura, aceite de los coches y termina desaprovechada en el drenaje.
Es lo que pasa en Polanquito, pues en el parque de esta colonia al sur de Guadalajara hay un nacimiento de agua que desde hace décadas es desperdiciado.
"Yo tengo 38 años conociendo esto, ya tiene más años y no lo han canalizado para algún beneficio de la gente; poner un tanque o algo para que toda esta agua se canalizara a las colonias, que puede llegarles más rápido el agua, pero nada más han quedado en propuestas, simplemente, nunca se hizo nada", lamenta Ramón García Hernández, quien aprovecha el agua que nace en el parque para lavar su auto.
Sin embargo, la mayoría del líquido se tira y gente deja mucha basura en los alrededores, aunque sí hay algunos vecinos que usan el agua para atender situaciones de emergencia por los tandeos.
"Mucha gente trajo garrafones de agua para abastecerse de agua, porque no tenían ni para lavar los trastes, ni para el baño, que es lo más indispensable, lavar la ropa", cuenta el señor Ramón.
Algo similar ocurre en el Parque Hundido Camichines, que tiene un venero de agua cristalina que alimenta estanques con peces y patos. Un lugar que disfrutan vecinos de todas las edades, pero que requiere ser cuidado.
Es lo que dice Melanie, una niña de 6 años que acude al parque con su abuelita y pide a la sociedad cuidar "el parque, los peces, los patos y las tortugas".
La abuelita de Melanie, Teodora Hernández, vecina de la colonia Camichines de Tlaquepaque, advierte que sí se ha deteriorado el punto, en los más de 20 años que tiene visitándolo con sus hijas y nietas.
"Pues sí ha cambiado demasiado, antes las aguas eran limpias y ahora está sucio, lleno tierra, a veces hasta escombro echan; que lo cuiden porque es un nacimiento de agua y desde que llegué aquí están los patos y la gente de aquí venimos y les echamos de comer".
Después de que el agua recorre este parque del oriente de Tlaquepaque, el agua sólo se utiliza para alimentar los estanques y para regar los jardines, pero termina en un canal contaminado y de ahí se une a las aguas negras que corren por el drenaje de la ciudad.
Mientras tanto, miles de habitantes del Área Metropolitana de Guadalajara padecen los estragos de la sequía y los cortes del SIAPA, que dificultan necesidades tan básicas como ir al baño o lavar los platos.