En riesgo de deslave, así es como se encuentran los habitantes que viven en la ladera que se ubica a lo largo de la Ribera de Chapala, consideró el mayor Trinidad López Rivas, director de la Unidad Estatal de Protección Civil,luego de la avalancha que se registró este jueves y que al ingresar a un fraccionamiento de 270 casas dejó afectaciones en 24 viviendas.
Según el Mayor, la tierra de la ladera ya no tiene capacidad de infiltración, por lo que una lluvia fuerte podría provocar que algún pedazo de ésta se debilite y por el peso de la vegetación caiga y ponga en riesgo también a los pobladores de la zona baja, por lo que la recomendación para ellos es construir un muro que resguarde sus viviendas y esperar que una nueva avalancha no acabe con sus bienes.
De acuerdo con los servicios en los que ha participado Trinidad López, en 1973, cayó una tromba que provocó un deslave que dejó 23 muertos en esta zona; 11 años después ocurrió algo similar en San Juan Cosalá, con 2 muertos y en 2007 en Jocotepec, también se registraron 2 muertos.