Con la esperanza de recibir información un poco más certera, la familia Delgado ha acampado al pie de la rampa de Urgencias de la Clínica 110 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desde el martes pasado, día en el que uno de sus familiares ingresó para su hemodiálisis, pero ya no volvió a salir tras ser diagnosticado con Covid-19.
La señora María Argelia Delgado, cuñada del internado, señaló que hasta el momento no han tenido mayor información, tan sólo que se encuentra grave, según lo marca la plataforma en línea; sin embargo, a ocho días ni siquiera les han mostrado la prueba positiva.
"Pues el martes y no nos dicen nada, porque le iban a hacer su lavado de sangre y desde entonces ya no salió. Que estaba bajo de oxígeno, de ahí lo detuvieron y lo metieron con el Covid. Nada más dice que está enfermo, que está débil, que está enfermo y de ahí no sale, es todo lo que sabemos".
Asegura que la información es tan poca y a destiempo, que ayer se les avisó que su familiar había fallecido, hasta que minutos después un integrante ingresó y pudo verlo de lejos; además, denuncia que sólo se les ha informado de operaciones por una infección pero que no se les ha pedido su consentimiento.
Esta tarde, a través de un correo se les avisó que sería intubado.
"Ya cuando llegó mi esposo a urgencias le dijeron que ya estaba muerto, y es cuando mi esposo se movió para allá y le dijeron el número de cama, fue cuando pasó mi esposo desesperado y ya lo dejaron ver y dijeron que estaba vivo, pero nada más le dijo así y es todo, que le echara ganas, pues".
"No nos dicen que firmemos un papel ni nada, nada más dice que lo operaron de la nariz, de la garganta y no sé qué más le hicieron (...) que nos vayamos a la casa y que al rato vengamos pero no nos podemos mover, ya nos dijeron que no nos podemos mover porque ya está muy grave, por mensaje, por correo y por todo eso", mencionó
Ante la desesperación, la familia decidió permanecer a las afueras, donde construyeron una pequeña casa con cartones y se turnan para dormir en una camioneta; el temor al contagio, el hambre y el frío, dice, valen la pena por ver a su familiar salir del hospital.
"Pues nos metemos a la camioneta que tengo ahí, uno y otro; ellos se quedan aquí al pendiente, van, corren para arriba, hasta mentadas de madre: ?Váyase, señor, váyase?, y es todo, pero estamos al pendiente".
La familia señala que cada vez los asusta más ver la entrada y salida de tantas carrozas y ambulancias; así como de familias que en el instante de horas sólo les informan de la muerte de los pacientes sin ni siquiera volverlos a ver.