Incertidumbre en torno al destino de Picachos

Luego de que el vertedero Laureles cerró operaciones en septiembre de 2021, el relleno sanitario Picachos, ubicado en carretera Colotlán de Zapopan, se convirtió en el punto de destino final para mil 500 toneladas de desechos de Guadalajara, además de las más de mil de Zapopan.

El aumento de demanda, provocó que el tiempo de vida del lugar, se redujera a 6 meses, confirmó el presidente municipal, Juan José Frangie.  "Ahora la capacidad de Picachos, yo les decía, nosotros la teníamos planeada para un año 2 meses más, ya con el depósito de Zapopan se convierte a que en 6 meses, de aquí a diciembre, podemos estar con problemas ya de saturación".

Ante esta situación y el cierre parcial de Matatlán, por incumplimento de CAABSA al no sacar los residuos, el Gobierno del Estado y el Gobierno de Guadalajara se vieron forzados a invertir de manera casi inmediata, 70 millones de pesos en conjunto, para la construcción de 2 paneles más.   "Lo que determinamos es cómo les apoyamos y tenemos que hacer cumplir las disposiciones sin colapsar el sistema de residuos, nadie queremos tener la basura acumulada en nuestras casas, tenemos que asegurar que siga funcionando el sistema, pero lo que no podemos permitir es que se esté acumulando basura en sitios y no haya una solución".

Actualmente Picachos recibe un promedio de 2 mil 800 toneladas de basura por día entre el municipio de Guadalajara y el propio Zapopan, por lo que es necesario que para recibir más residuos de otros municipios, se inviertan al menos 140 millones de pesos más, y podría estar listo para el año 2027, sin embargo, actualmente no es considerado como una posibilidad de relleno metropolitano. "Si quisiéramos que Picachos trabajara como tal, no da, la expectativa de vida de Picachos, es de 7 años máximo, no da para poderlo considerar como un relleno sanitario metropolitano".

Quienes viven cerca de estos espacios advierten un impacto ambiental y a la salud importante, pero también por el impacto vial que esto provoca con el paso constante de las góndolas.  "Es exactamente donde está el vertedero de Picachos, a un lado está un arroyo, que exactamente es el de Milpillas, donde hay la mayor afectación, todos esos lixiviados, al momento que se salen o se escurren, van a dar a ese arroyo y de ahí se distribuyen a muchas partes de la zona".

La calidad del agua es otra preocupación para los vecinos, quienes han sido testigos de la contaminación en espacios cercanos por los lixiviados, que de acuerdo a estudios realizados en 2021, presentan altos niveles de cianuro, mercurio y cobre. "Aquí incluso a 150 metros adelante, donde está la planta de tratamiento sur, pasas un poquito para allá y ya se ve lo que fue la presa del Ejido, ya está contaminada, es más, ya ni la compuerta tienen, se ve espuma ya en esa área".

Picachos funciona actualmente con 5 celdas, donde se distribuyen más de 5 millones de toneladas de basura en un terreno de 30 hectáreas.