La falta de oportunidades disminuye interés en título profesional
- Se contempla la posibilidad de eliminar la presentación de tesis de titulación
- Una tesis no siempre es necesaria para ejercer una profesión
Por: Marcela Perales
Ana Herrera Maldonado, profesionista mexicana, confiesa, "tengo 12 años de servicio y me titulé en julio del 2010. Esa era mi convicción, tengo que estudiar y tengo que titularme para poder trabajar".
Así fue como Ana logró la dirección de una escuela primaria en el estado de Nuevo León.
Ser maestra es una de las profesiones que obliga a contar con una cédula profesional.
Además de la docencia, la Ley Reglamentaria del artículo 5° Constitucional exige un título profesional a las profesiones de actuario, arquitecto, bacteriólogo, biólogo, cirujano, dentista, contador, enfermera e ingeniero.
También las carreras de administración de empresas, derecho, economía, médico, notario, entre otros.
Sin embargo, especialistas consideran que en México se ha ido perdiendo el interés por la titulación debido a la falta de oportunidades.
Rodrigo Luna, especialista en educación, señala, "hay muchísimos egresados, pero eso no quiere decir que haya el trabajo suficiente y así tenemos muchos contadores de Uber, Abogados de Uber, comunicólogos".
Respecto a la realización de tesis, esta también llega a considerarse como innecesaria para ejercer, incluso tratados internacionales promueven eliminarla.
Nuestro especialista, explica, "exigen una tesis para poder acreditar una licenciatura, y el mismo Gobierno ofrece programas donde demostrando que eres auto-didacta, puedes obtener un título".
Esto no exenta a los funcionarios públicos federales, que sí están obligados a contar con una cédula, la cual se exige en los artículos 11 y 13 de la Ley del Servicio Profesional de Carrera en la Administración Pública Federal.
Rodrigo Luna, considera, "ya no estamos en los tiempos en los que te tienes que ir a topar con gente que no te quiere servir, y esto únicamente lo logras con conocimientos".
El ejemplo más reciente es el del plagio del proyecto de investigación de la ministra Yasmín Esquivel Mossa.
Detectar el acto de corrupción sería fácil si se cumpliera la ley que obliga a contar con un Registro Único del Servicio Profesional, el cual continúa sin existir.
