Migrar para huir de la violencia en Honduras
Dos de sus hijos fueron asesinados por la Mara Salvatrucha, es por eso la señora María Emperatriz, decidió salir de Tegucigalpa, Honduras, acompañada de su pequeña Kimberly y de su esposo.
"Buscamos un mejor futuro porque en nuestro país no hay trabajo. A mí me mataron a mis dos hijos que yo tenía, y eso me ha hecho a mí agarrar para estos caminos", con lágrimas en los ojos confiesa la señora María Emperatriz.
"Está muy peligroso el país. Hay mucho muerto, delincuencia. y nosotros por eso podemos correr peligro", suspira Kimberly Nicole, quien abandonó la escuela para tratar de llegar a EU, con sus papás.
Su cama ahora es una bolsa de plástico negra que extienden en el suelo para descansar a medias, pues la fatiga invade sus cuerpos. Durante su viaje en tren, en camionetas o caminando, se exponen a gélido frío y a calcinante calor.
"Caminar y caminar, caminar y caminar...entonces a uno se le enllagan los pies por el calor y el pavimento. Aquí donde nos agarra la noche dormimos, en las raíces de los palos, donde nos agarre, ahí nos quedamos durmiendo, en el monte. Tendemos un plastiquito y ahí nos acostamos. En la noche mucho frío y en el día calor", describe María.
Kimberly, tiene 12 años de edad, y anhela llegar a los Estados Unidos para cuando sea grande convertirse en una arquitecta. Extraña a sus amiguitas que dejó en Honduras, pero ahora, a su corta edad, migra para alcanzar su sueño.
"Mi papá es arquitecto y yo también quisiera ser profesional en arquitecta. Ese es mi sueño cuando yo esté grande", dice Kimberly con una sonrisa en el rostro.
El único deseo de esta familia migrante, es encontrar un mejor futuro, una vida segura y sin violencia.
