El 2024 empezó mal en materia medioambiental. Al cumplirse los primeros 22 días del año, ni uno sólo cumple con lo que marca la norma en materia de calidad del aire, siendo la zona más afectada el sur de la ciudad.
De igual, manera, desde el año pasado, están fuera de operación tres de las 10 estaciones de monitoreo atmosférico, por lo que no se conocen las condiciones de la zona de Santa Fe, que históricamente es de las más afectadas por la contaminación debido a su ubicación en un valle que encapsula las partículas contaminantes. Tampoco funcionan las estaciones de monitoreo de Atemajac y Oblatos, en el norte de la ciudad.
A 22 días del 2024 suman ya 10 eventos de mala calidad del aire que derivaron en ocho precontingencias atmosféricas y dos contingencias fase 1; si bien son cuatro menos comparado al año pasado, los índices de contaminantes se mantienen en varias zonas de la ciudad por arriba de los 110 puntos IMECA. El 2018 fue el año que más eventos de mala calidad del aire presentó.
Pese a la implementación del programa de verificación vehicular y otras políticas públicas para la reducción de contaminantes, poco se logra para tener buena calidad del aire y en promedio, en los últimos 25 años, uno de cada tres días tuvo altos niveles de contaminantes.
En la temporada invernal es propicia para las llamadas inversiones térmicas y donde los principales contaminantes son las partículas menores a 10 y 2.5 micras.
Además del problema de contaminación, hay una segunda situación: la gente no le da la importancia que merece y no saben cómo actuar. El plan de acción ante una precontingencia o contingencia establece acciones puntuales para atender estas crisis, pero ni la gente las conoce, ni la autoridad las aplica: la Secretaría de Educación no suspende actividades al aire libre en las escuelas, los automovilistas siguen usando sus vehículos como cualquier otro día y las empresas no suspenden actividades, inclusivo no son molestadas por ninguna autoridad y laboran sin contratiempos.
Los expertos coinciden que las acciones implementadas por las autoridades son un catálogo de buenas intenciones, pero en realidad nadie vigila su aplicación.
"Pues básicamente es un manual de muy buenas intenciones. ¿Por qué? Porque primero, la autoridad ni siquiera lo cumple, que deberían de ser los primeros en parar su parque vehicular, etcétera, etcétera, y por extensión, no obligan ni al empresario, ni a la industria, ni al transporte público, ni al transporte privado a empezar a disminuir precisamente sus actividades para que las audiciones sean menores. Entonces desafortunadamente, pues obviamente todo queda en el papel, como muchas otras cosas que existen en este país en materia ambiental, que están muy padres y muy bonitas y con muy buenas intenciones, pero solamente son letra muerta porque quedan en el papel y nunca hay una operatividad", expresó Hermes Ulises Ramírez Sánchez, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara
Durante el invierno las principales partículas contaminantes son las tipo PM10 o 2.5, mientras que en el verano suelen presentarse concentraciones de ozono en el ambiente.