Una negligencia médica les arrebató la vida y sus sueños en familia. Paul es apenas un niño de ocho años que nació con miocardiopatía hipertrófica; es decir, con crecimiento anormal del corazón, condición por la que sería operado en el Centro Médico Nacional 20 de noviembre del ISSSTE en Ciudad de México, cirugía que terminó en una negligencia médica que dejó a Paul en un estado casi vegetativo.
La atención de Paul se dio en 2017, luego de ser trasladado del Hospital Valentín Gómez Farías en Jalisco, también del ISSSTE al centro médico de la Ciudad de México para supuestamente darle una mejor atención.
Sin embargo, este traslado no dejó más que dos atenciones inadecuadas del 19 de abril y de junio del mismo año, donde a Paul se le administraron altas dosis de anestesia por una enfermera, no le administró suero a pesar de tener más de un día en ayuno, no tomó sus medicamentos para el corazón y además se le hizo una mala colocación de catéter, situaciones que llevaron a Paul a terapia intensiva en dos ocasiones por derrame cerebral, una hipoglucemia y el debate entre la vida y la muerte. "El niño ya tenía varias horas y no despertaba. Al parecer él ya tenía una glucosa de 30, intentan reanimarlo, lo llevan a hacerle estudios, ya presenta problemas en su cerebro y como no pueden hacer nada lo pasan a terapia intensiva. Cuando él despierta ya no tenía vista, no tenía movilidad en sus brazos, en sus piernas y es cuando nos damos cuenta que ya tiene un daño neurológico", narró Ernesto Figueroa, papá de Paul.
Tras las negligencias, los padres de Paul decidieron regresar nuevamente a Jalisco y poner una denuncia ante la Fiscalía General de la República y una queja ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico a la cuál el ISSSTE contestó reconociendo su culpa, pero que meses después desistió.
Ahora a cinco años del suceso, la CNDH emitió una recomendación al ISSSTE en la que se exige la reparación integral de los daños, una compensación y terapias. "Al despertar pues ya no era mi hijo, él pues simplemente dejó de ser Paul. Si su cardiopatía le complicaba un poco su vida para hacer deporte de alto rendimiento era lo único que lo limitaba porque en todo lo demás era un niño completamente normal, feliz. él sabe que es un niño amado, un niño deseado, un niño que fue querido, que es querido y pues es algo que ha trastornado nuestra vida", lamentó Marisol Martínez, mamá de Paul.
Lo único que sus padres piden es que el ISSSTE se haga responsable de esta mala atención médica y se les apoye para tener mejores medicamentos y terapias, cosas que económicamente no pueden ofrecerle al estar en todo momento con Paul. "Que haya una justa indemnización. Que piensen ellos que si fuera Paul su hijo, ellos que pedirían para su hijo", exigió Marisol.