Prohibición del glifosato en el campo genera controversia en Jalisco

La prohibición emitida por el Gobierno Federal para el uso del pesticida glifosato, que pretende que deje de utilizarse en la agricultura mexicana de forma paulatina hasta su desaparición total en 2024, divide opiniones entre investigadores del campo y la salud en universidades de Jalisco.

Para el doctor de la Universidad de Guadalajara e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, el uso del Glifosato en la agricultura de Jalisco ha sido poco regulada y genera efectos en la salud, especialmente entre menores de edad, asegura después de realizar una investigación entre más de 300 niños y niñas de dos poblados agrícolas de Autlán, Ahuacapán y El Mentidero, donde el cien por ciento de los pequeños presentaron los pesticidas en la orina.

"Todos los niños tienen al menos dos pesticidas en sus orinas, son herbicidas que se utilizan para control de malezas en los cultivos y las sustancias activas de estos herbicidas son el Glifosato y el 2-4-D, lo que encontramos es una presencia realmente preocupante de sustancias tóxicas que dañan la salud y que son particularmente peligrosas durante el proceso de desarrollo de los niños y de los jóvenes", advierte Humberto González Chávez.

El académico asegura que el uso frecuente de estos plaguicidas y sin control cerca de escuelas y poblaciones se reflejan en la salud con efectos como el dolor de cabeza, vómito, diarrea, náuseas o dificultades para respirar. Sin embargo, alerta que los efectos de una exposición crónica puede ocasionar cáncer, alterar el sistema hormonal, afectaciones en el aprendizaje de los niños y daños en el riñón, hígado y pulmones. Para el experto, debe hacerse una transición hacia el uso de sustancias menos tóxicas y una agricultura tradicional.

En cambio, el académico de la Universidad de Guadalajara, Salvador Mena, director de la División de Ciencias Agronómicas, asegura que no está comprobado el daño a la salud del Glifosato y considera que su prohibición es una regresión de décadas para el campo mexicano, al restar competitividad frente a la agricultura de otros países. 

"La irracionalidad de prohibir el Glifosato, cuando es un producto que se sospecha que puede tener un efecto cancerígeno, pero que no está demostrado y en todo el mundo lo están utilizando para producir adecuadamente y aquí ya lo cancelamos, aquí ya lo prohibimos, estamos volviendo a la agricultura de hace 50 años, yo creo que de principios del siglo pasado, porque hay el concepto de que la agricultura comercial es una agricultura ?fifí?, es una agricultura que afecta a la distribución de la riqueza en el país, cuando es todo lo contrario, la agricultura comercial, por ejemplo, que tiene Jalisco, pues es una agricultura que ha logrado ser competitiva dentro del marco de los tratados internacionales", considera Salvador Mena Munguía.

Para el académico del Centro Universitario de Ciencias Biológico Agropecuarias, es importante conservar y fortalecer la agricultura tradicional, pero para garantizar una seguridad alimentaria e incrementar la competitividad, las autoridades deben seguir ofreciendo apoyos y sumar tecnología a la agroindustria nacional.

El Glifosato fue creado por la empresa Monsanto en 1974, pero desde que venció su patente en 2000 ha sido utilizada esa sustancia por múltiples empresas como un plaguicida que mata malezas y hierbas en un cultivo, sin dañar a ciertas variedades de alimentos que han sido adaptadas para resistir el químico. Sin embargo, hay países que han prohibido el uso de la sustancia por su toxicidad y el impacto en las abejas, como ocurre con Alemania, Austria y ahora México. 

Desde el año 2015, la Organización Mundial de la Salud clasificó al Glifosato como "probable cancerígeno" para humanos, sin embargo, no apoya la prohibición del pesticida en tanto no concluyan evaluaciones pendientes sobre la sustancia.