No dejan morir la tradición. Después de dos años de pandemia con restricciones sanitarias, familias enteras regresaron a los panteones de Guadalajara.
Aunque no estuvo permitido el ingreso de músicos en vivo, las familias se tomaron algunas horas para visitar a sus muertos, limpiar su tumba y tener un momento de plática con sus difuntos.
Laura acudió al Panteón de Mezquitán acompañada de toda su familia para visitar la tumba de su abuela Esther Rodríguez, quien a 10 años de su muerte, sigue presente en los corazones de sus descendientes, quienes todavía acuden a ella en busca de consuelo. "Venimos, nos reunimos aquí, le decoramos, rezamos y estamos un ratito con ellos. (Le cuento) mis problemas, mi vida, ha de decir que a qué vengo ¿verdad?, le pido que me ayude, que nos cuide".
Algunas pérdidas son más recientes y todavía muy dolorosas, como el caso de la señora Bertha Aracely, quien perdió a su hijo Jesús Alberto hace apenas 9 meses, cuando murió víctima del cáncer, desde entonces, ella lo visita al menos una vez a la semana. "Qué más quisiera yo que mi hijo estuviera vivo y no venir a traerle flores edad, pero aunque sea un ratito vengo a pasar con él. Me pongo triste y lloro, me da mucha tristeza, que más quisiera yo de no llorar, pero ¿qué más hago?.
Celebrar el día de muertos es una tradición para muchas familias, sin embargo, la visita al panteón se convirtió en algo reciente, como el caso de la familia Tejeda, quien honran al patriarca José Alejandro Tejeda, quien murió hace 5 meses por enfermedades propias de sus 84 años. "Algo muy bonito para nosotros es venir ese día, para darle una tranquilidad más a nuestros muertos, compartir con ellos este día, compartir en platicar, estar bromeando, en decirle por ejemplo ahora a mi me salió oye apá, que esto, lo que tú decías, equis o y ¿no? "
Este martes, asistieron 125 mil personas a los 5 panteones municipales de Guadalajara, donde todos reportaron saldo blanco.