Desde hace 19 años el sacerdote Alberto Ruiz Pérez, vive asediado por la delincuencia, la parroquia que atiende Nuestra Señora del Refugio se ubica en el Cerro del Cuatro en el municipio de Tlaquepaque.
Durante estos años administra la Casa del Migrante, brinda apoyo a familias de personas desaparecidas, anteriormente atendía a drogadictos de la colonia, hasta que un día ingresaron a su casa con engaños para agredirlo. "Querían que yo les dijera quien vendía la droga, estaba dedicado al apostolado de los drogadictos". asegura el padre Alberto.
El padre acusa de que grupos delictivos constantemente lo vigilan, atentan contra aquellos que son ayudados por el clérigo, aunado a esto señala que no existe vigilancia por parte de la policía del municipio. "Ellos ven el dinero en vender droga, en estafar a los migrantes, en robarlos, abusar de cualquier forma, pero como se encuentran que estamos trabajando con ellos y que de alguna manera los protegemos pues esto nos está generando el problema de que somos para ellos sus rivales o enemigos, han venido a amenazas a las cuales yo nunca hice caso". explicó.
En el año 2019 con engaños ingresaron nuevamente personas armadas a su casa. "Entraron pidiendo un auxilio espiritual, una ayuda, una plática era una pareja como un matrimonio, sin embargo cuando ya les iba hacer un juramento, yo tenía que cenar, ya era tarde, pues en cuanto les abrí la puerta y voltee para escribir sacaron las armas, me tumbaron, me golpearon", agregó.
Actualmente el padre Alberto es custodiado, además cuenta con el mecanismo federal de personas defensoras de derechos humanos, la última amenaza ocurrió el pasado 2 de julio en plenas fiestas parroquiales, el motivo fue para extorsionarlo, le pidiéndole dinero, de no ser así lo asesinarían como a muchas otras de la colonia que no pagan piso.
A pesar de los riesgos, el padre Alberto continuará su labor por obediencia, entregando su vida por el prójimo.