Después de una desaparición la vida jamás vuelve a ser la misma para las víctimas indirectas.
Goyita Ortiz vio por última vez a su hijo Gustavo Alberto de la Cruz Ortiz de apenas 12 años cruzar la puerta para ir a la escuela el 21 de marzo del 2008 y desde entonces no lo ha visto regresar.
Desde entonces, la vida de la señora Goyita y su familia completa no ha vuelto a ser la misma en ningún aspecto.
"La vida nos cambia, realmente la vida nos cambia porque por ejemplo ya no disfruta uno a la familia como debe, tengo por ejemplo 2 nietecitos a los que dejo y a los que no puedo disfrutar, a mi mamá la dejé por varios años, ya no estuve con ellos los 10 de mayo, porque yo me tenía que ir a las marchas a la Ciudad de México, la vida te cambia, se acaban planes, se acaban metas, se acaban sueños, se acabó todo, de lo que nosotros queríamos hacer, ya no"
De Gustavo, quien hoy tendría 26 años, nunca se volvió a saber nada. El entonces adolescente salió de clases en la escuela secundaria general número 1, de Pachuca, donde fue visto por última vez.
Su madre sólo sabe que desapareció en el trayecto a su casa, pues estaba ahorrando y no quiso tomar el camión.
"Se iba en la combi, pero como él estaba guardando dinero para comprarse una maquina de videojuegos, se iba caminando y pues días después de su desaparición nos llegó un anónimo pidiéndonos rescate, nos pedían dinero, que querían a mi hijo para tráfico de órganos, pero que no les servía, porque mi hijo tenía sinusitis crónica y así no les servía".
La familia de Gustavo fue también víctima de múltiples intentos de extorsión, y además de esto, tuvieron que soportar la inacción de las autoridades; su madre, Goyita, tuvo que viajar a la Ciudad de México para presentar una nueva denuncia y recibir apoyo.
A lo largo de estos años, Goyita ha sido testigo del aumento de personas desaparecidas y familias destruidas.
"Yo fui viendo cómo fue creciendo eso de las personas, antes éramos muy pocas que nos manifestamos en el monumento a la madre en la Ciudad de México o íbamos al Ángel de la Independencia. Éramos muy pocos, en el 2012 veo la gran cantidad que se empezó a juntar y digo ?Dios mío ¿qué está pasando? y pues ya no me siento sola, somos una gran familia"
La madre de Gustavo pide apoyo a las autoridades para resolver la desaparición de su hijo y ahora está de visita en Jalisco, para participar en la Jornada de Búsqueda Nacional en Vida de personas desaparecidas.