Hablar de la Virgen de Zapopan va más allá de la religiosidad popular que impregna un carácter de celebración, se trata de un signo de fe que se vinculan con el actuar de Dios en la vida del hombre.
Esto también se manifiesta en la bendita imagen traída en la pascua de 1530, pendiendo del cuello de Fray Antonio de Segovia, acomodada en una pequeña caja de madera.
Esa bendita imagen se ha convertido en la manifestación de Dios en las vidas de hombres y mujeres que se convierten en testigos de fe. Es el caso de la señora Maricela, su hijo cayó en las drogas y el alcohol, por varios años le rogó a la virgen que liberara a su hijo de esa esclavitud.
"Yo le pedía y yo le lloraba y le imploraba que sacara a mi hijo de ese vicio porque yo no quería que le pasara algo y que me diera una señal para poder hacer algo", dijo Marisela
Iluminada por la fe, la señora Marisela tomó una decisión. " Y lo interné y mi hijo con tres meses que lo interné tuvo, salió y uno de mis hijos se lo llevó a Vallarta a vivir, ahorita tiene tres años que no se droga ni nada, y está trabajando y estopa muy bien gracias a Diosito y a la madre santa que le estoy tan agradecida".
La Virgen de Zapopan, representada en una pequeña escultura de pasta de caña de apenas 34 centímetros de altura, mueve la fe de millones de fieles, sin importar la edad.
"Yo veo a la virgen como una intercesora porque siento que en cierta forma puedo hablar con ella y pedirle que me ayude a encontrar un camino nuevo porque muchas veces te pierdes y pues quieres encontrarte", comentó Liliana.
Durante casi cinco siglos a la Virgen de Zapopan se le han atribuido milagros, mediaciones en guerras y rebeliones, intervenciones para acabar con epidemias y tempestades, hasta intercesiones para acabar con la sequía y favorecer a las tierras durante el temporal, pero lo que es un hecho, es que su presencia convierte la vida de aquellos que se acercan a pedirle un favor.
"Es todo, es mi madre, es mi guía, es la estrella que nos guía, nuestra patrona de la diócesis de Guadalajara y desde que yo era pequeña mi mamá y mi papá nos llevaron a Zapopan a verla todo el tiempo", expresó María del Carmen
El amor a la Virgen de Zapopan y a su romería no depende ni de los sacerdotes ni de los frailes ni de la arquidiócesis ni de la iglesia en un sentido estricto, es religiosidad popular, como resultado de tener fe.
"Le hemos pedido mucha salud, por los enfermos, a veces cuando estamos enfermos que no nos podemos parar le hemos pedido mucho y si nos ha ayudado mucho", detalló Leticia.
El próximo viernes, miles de corazones llenos de fe se manifestarán agradeciendo a la Virgen su protección, en la denominada Misa de Renovación del Patrocinio de Nuestra Señora de Zapopan en la Explanada del Museo Cabañas a las 6 de la tarde.
"Todos desde el arzobispo, obispos auxiliares, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos, seminaristas, laicos, parroquias y todos los que formamos esta Arquidiócesis de Guadalajara significa que nos consagramos a ella, la reconocemos como nuestra patrona, como nuestro modelo y junto con ella queremos también a evangelizar y aprender a llevar a Cristo a los demás, eso es lo que significa el patrocinio", explicó el presbítero José Antonio Larios Suárez, miembro de la sección de Educación y Cultura de la Arquidiócesis de Guadalajara.
A lo largo de su historia, la Virgen de Zapopan ha recibido una larga lista de títulos desde "La Pacificadora", "La Taumaturga", "La Generala de las Armas de Nueva Galicia", "Patrona Universal del Estado libre y Soberano de Jalisco", "Patrona contra Rayos, Tempestades y Epidemias", "Reina del Lago de Chapala", "La Salvadora de la Miseria y del Pecado", "La Santa", "La Patrona de la Bondad", incluso el 12 de octubre de 1989, el Papa Juan Pablo II la nombró "Patrona Universal de la Arquidiócesis de Guadalajara".