Al cierre de la actual administración, uno de los temas más complejos ha sido el suministro de agua potable para la Zona Metropolitana de Guadalajara. Municipios con problemas de abasto, pero además agua potable de mala calidad.
Las normas mexicanas obligan que el agua de consumo domiciliario debe ser potable, es decir, con capacidad de ser consumida directamente del grifo, pero es un tema que no se cumple y al contrario, en ocasiones no cumple con los parámetros de la normatividad ambiental.
El suministro de agua potable es operado por el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) en Guadalajara, Zapopan, Tonalá y Tlaquepaque. El Salto, Juanacatlán y Tlajomulco están en fase de migración para incorporarse al SIAPA.
Autoridades acusan que el principal problema de la mala calidad del agua procede de las redes de suministro que son viejas y terminaron su vida útil. Afirman el agua turbia que se ha presentado se debe a los sedimentos que arrastra la tubería: el 25.14% de la red bajo jurisdicción de SIAPA sobrepasa los 52 años de antigüedad, ocurriendo esto especialmente en el municipio de Guadalajara.
A decir de los expertos, el tema del agua turbia tendría que ver con deficiencias en la potabilización: "Podrían alegar que el cloro libre residual se va eliminando conforme va en su trayecto el agua por las tuberías. Sin embargo, el cloro en exceso puede provocar trilometanos, que son elementos cancerígenos. También fue detectado manganeso. No están midiendo el hierro. El manganeso y el hierro pueden ser una causa de la turbidez del agua. Porque combinado con cloro puede generar una reacción química que provoca ese color", expresó Juan Pablo Macías, especialista en tema hídricos.
La edad de la red y la falta de su renovación y mantenimiento, provoca fugas recurrentes: del gasto promedio extraído por SIAPA de 10.18 metros cúbicos por segundo, sólo se facturan para cobro 6.6 metros cúbicos por segundo. Es decir, 35 por ciento del agua se termina perdiendo por fugas.
En una comparecencia ante diputados, el titular del SIAPA, Carlos Torres Lugo, hablaba de una intervención de ocho mil millones de pesos para poder reparar y cambiar las líneas de suministro y evitar tanto las fugas como el agua sucia.
El abastecimiento de agua potable proviene de fuentes superficiales como subterráneas. Las fuentes de agua superficial suponen 73.4% del abastecimiento en la metrópoli y las tres principales son: el Lago de Chapala, Presa El Zapotillo y la Presa Calderón. Las fuentes subterráneas se componen de pozos en los sistemas de Tesistán y Toluquilla, 26.53% del abastecimiento restante.
Actualmente, en conjunto los habitantes del área metropolitana, su infraestructura comercial, de servicios e industriales, demandan en promedio 13.5 metros cúbicos por segundo y se afirma se tiene un déficit del orden de 3.0 metros cúbicos por segundo, que afirman, se paliará con la puesta en operación de la Presa El Zapotillo.
El agua se envía a cuatro plantas potabilizadores en Miravalle, Las Huertas, San Gaspar y Toluquilla y varias más pequeñas. Próximamente, se espera la puesta en operación de la Planta Potabilizadora 5 que estará ubicada en Tlajomulco.
Considerando el total de las plantas potabilizadoras, se tiene una capacidad para potabilización de 16.60 metros cúbicos por segundo, pero datos del IMEPLAN muestran que potabilizan menos agua de lo que fueron diseñados, apenas 7.82 metros cúbicos por segundo.
El otro tema es que el agua no sale completamente potabilizada, con la presencia por arriba de los parámetros permitidos de coliformes fecales, algunos metales e incluso con cloro libre residual por arriba de la norma. Los especialistas coinciden en estar dotando constantemente de mantenimiento a las instalaciones hidráulicas. "Evidentemente, cuando sale de la planta potabilizadora lleva una cantidad de cloro residual, que esto nos asegura que no se están formando algas dentro de las redes de distribución y todo eso. Pero, pues bueno, muchas cosas pueden pasar y sobre todo si no tenemos un mantenimiento preventivo. Un mantenimiento correctivo ya nos tiene atrapados, ya es así, ya no podemos detenerlo.", expresó la doctora Aida Lucía Fajardo Montiel, del departamento de Estudios del Agua y Energía de la Universidad de Guadalajara.