En las últimas horas, Culiacán, Sinaloa, ha sido escenario de nuevos ataques armados, aunque, afortunadamente, sin víctimas mortales.
Este jueves, hombres armados a bordo de dos camionetas dispararon contra un edificio de departamentos de lujo en el exclusivo fraccionamiento Montebello, al sur de la ciudad. Las fuertes detonaciones alarmaron a los vecinos, quienes rápidamente llamaron a las autoridades. Los disparos dañaron varias ventanas del inmueble, pero no se registraron personas heridas.
Elementos del Ejército y la Policía Estatal acudieron al lugar de los hechos, en la calle Cerro del Pirul, pero no lograron localizar a los responsables del ataque. A pesar de la rápida respuesta, las fuerzas de seguridad no encontraron a los agresores ni a personas armadas en el interior del edificio, como se había señalado en versiones preliminares. Los peritos de la Fiscalía General del Estado también llegaron al sitio para realizar una inspección, recolectando varios casquillos percutidos de armas automáticas como parte de la investigación.
Este nuevo ataque se suma a una serie de hechos violentos ocurridos en las últimas 48 horas en Culiacán. En un lapso de 24 horas, al menos 10 inmuebles en diversas colonias y fraccionamientos fueron blanco de disparos, actos vandálicos e incluso un incendio en una propiedad. Estos ataques, aunque no dejaron víctimas fatales, generaron una creciente preocupación entre la ciudadanía por la escalada de violencia en la ciudad.
Los ataques parecen tener un patrón de agresión selectiva, con los agresores disparando desde el exterior de las viviendas. La Fiscalía estatal aún no ha proporcionado detalles sobre los posibles motivos detrás de estos actos de violencia, pero las autoridades continúan investigando. Los habitantes de las viviendas afectadas están siendo llamados a presentar las denuncias correspondientes para avanzar en el proceso legal.
El reciente ataque en el fraccionamiento Montebello y los eventos previos en diferentes partes de Culiacán reflejan un ambiente de creciente inseguridad. Aunque las fuerzas del orden han respondido con rapidez, la situación sigue siendo tensa, y los vecinos de la ciudad se sienten cada vez más preocupados por la creciente ola de violencia en la región.
Mientras tanto, las autoridades no han dado detalles sobre las investigaciones en curso ni sobre posibles vínculos entre los ataques, lo que ha dejado a la población en espera de respuestas claras sobre cómo se enfrentará esta situación. En este contexto, la vigilancia en la ciudad se ha incrementado, pero la calma aún parece lejana en algunas zonas de la capital sinaloense.