En 1983, Mohamed al Bashir nació en Jabal Zawiya, una localidad del noroeste de Siria, y es un actor clave en la política del país tras la caída del régimen de Bashar al Asad. Nacido en un contexto de enfrentamientos sectarios y políticos, al Bashir ha sido designado para liderar el complejo y fragmentado panorama sirio por la alianza islamo-yihadista, una de las facciones que ha derrocado al dictador sirio
El camino hacia el poder de al Bashir no fue inmediato. Se formó inicialmente en el campo de la ingeniería, graduándose en Ingeniería Eléctrica y Electrónica en la Universidad de Alepo en 2007, para luego especializarse en Sharía (ley islámica) en la Universidad de Idlib, la provincia que se ha convertido en el principal bastión opositor a Al Asad en los últimos años. Su formación técnica y administrativa le permitió ocupar un cargo como responsable del departamento de instrumentos de precisión en la Compañía Siria de Gas en 2011. Sin embargo, su involucramiento en la política se aceleró tras las revueltas populares que marcaron el comienzo de la guerra civil siria en 2011, inspiradas por la Primavera Árabe.
En enero de 2024, al Bashir fue nombrado jefe del 'Gobierno de Salvación', una administración política vinculada al grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS), conocido por su postura yihadista y que ha jugado un papel central en la resistencia contra el régimen de Al Asad. Establecido en 2017, el 'Gobierno de Salvación' actúa en las zonas fuera del control de Damasco, principalmente en la región de Idlib, y proporciona servicios gubernamentales a los desplazados por el conflicto. Esta administración no solo tiene ministerios y departamentos gubernamentales, sino también una estructura de seguridad y justicia, lo que le da un poder considerable en la región.
This is Mohammed al-Bashir, the head of the #HTS-linked transitional government in #Damascus -- he says he'll head up a transitional period lasting until March 1, 2025.pic.twitter.com/fWlbOgUScx
Antes de asumir el liderazgo del 'Gobierno de Salvación', al Bashir fue ministro de Desarrollo y Asuntos Humanitarios, bajo el liderazgo de Ali Keda, el anterior jefe del gobierno en Idlib. Su rol en esta administración política le permitió consolidar su poder en una Siria devastada por más de una década de guerra
A pesar de la figura de al Bashir como un líder del cambio, su mandato no ha estado exento de controversias. En febrero de 2024, una ola de manifestaciones en varias ciudades de Idlib pidió la caída de Abu Mohamed al Jolani, el líder de HTS, y criticaron las condiciones de vida en la región bajo el control de dicho grupo. Las demandas de los manifestantes incluían el fin de las violaciones de derechos humanos en las cárceles de HTS, reformas económicas para aliviar la pobreza y el fin del monopolio político de la organización.
En respuesta, las fuerzas de seguridad de HTS atacaron a los manifestantes con porras y gases lacrimógenos, lo que reflejó las tensiones internas que existen en la región. En un intento por calmar las protestas, al Bashir emitió un decreto de amnistía para aquellos que pudieran demostrar "buena conducta", buscando así apaciguar a una población cada vez más desilusionada con el control autoritario de HTS.
El conflicto sirio ha sido marcado por graves violaciones de derechos humanos, y la administración de al Bashir no ha sido ajena a estas acusaciones. Según un informe de septiembre de 2024 de la Comisión de Investigación sobre Siria, creado por la ONU, las protestas en Idlib fueron seguidas por una serie de arrestos masivos de miembros de grupos rivales a HTS, políticos opositores, y civiles, incluidos niños de hasta 7 años. Muchos de estos detenidos fueron sometidos a torturas, lo que refuerza las críticas sobre la falta de libertad y la represión que aún persiste en las zonas bajo el control de al Bashir y su alianza islamo-yihadista.
Mohamed al Bashir, como líder del 'Gobierno de Salvación', representa una nueva fase en la lucha por el control de Siria. Su ascenso al poder es el resultado de un panorama fragmentado, con múltiples facciones luchando por imponer su dominio en un país devastado por más de una década de guerra
Con el régimen de Al Asad en ruinas y una oposición fragmentada, el futuro de Siria dependerá de cómo evolucione el liderazgo de al Bashir y si logra manejar las tensiones internas y externas que amenazan con perpetuar el caos en la región. La guerra en Siria, aunque ya no tiene la misma intensidad que en sus primeros años, sigue siendo una de las crisis humanitarias más graves de la historia reciente.