El secretario de Comercio de Estados Unidos, Scott Bessent, y el de Hacienda de México, Edgar Amador, sostuvieron una reunión en Washington para hablar sobre la colaboración entre ambos países en el combate al lavado de dinero y la necesidad de reforzar medidas contra el financiamiento de los cárteles del narcotráfico.
Así lo informó este jueves la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien destacó la solidez de la normatividad mexicana en la materia.
La reunión se llevó a cabo en el marco de los encuentros anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, en los que también participa la gobernadora del Banco de México, Victoria Rodríguez. Según Sheinbaum, además del tema de lavado de dinero, los funcionarios abordaron aspectos clave de la relación económica bilateral. "Fue una muy buena reunión", aseguró.
En paralelo, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió un comunicado donde señaló que Bessent instó a México a "mantener el impulso positivo en la implementación de importantes reformas" que dificulten el financiamiento a los cárteles. También reiteró el respaldo de Estados Unidos para desarrollar un mecanismo conjunto que permita analizar inversiones desde un enfoque de seguridad nacional.
Este encuentro ocurre en un contexto tenso, tras la decisión del presidente Donald Trump de clasificar como organizaciones terroristas a seis cárteles mexicanos: el de Sinaloa, el Jalisco Nueva Generación (CJNG), el del Golfo, el del Noreste, la Nueva Familia Michoacana y los Cárteles Unidos. Esta designación busca presionar a las autoridades mexicanas a tomar acciones más firmes contra estos grupos.
Aunque todavía no se conocen a fondo las consecuencias que esta medida tendrá para el sistema financiero de México, expertos anticipan que podría generar una mayor vigilancia sobre operaciones bancarias y de inversión, tanto nacionales como internacionales.
La lucha contra el lavado de dinero ha sido uno de los temas clave en la relación entre ambos países, ya que estas actividades ilegales no solo financian al crimen organizado, sino que también contaminan la economía formal, dificultan la inversión y debilitan el estado de derecho.
México ya cuenta con leyes y mecanismos que obligan a bancos, casas de cambio y otras instituciones a reportar operaciones sospechosas. Sin embargo, los recientes llamados de Estados Unidos apuntan a reforzar aún más estos controles para impedir que los cárteles usen el sistema financiero para mover sus recursos de forma ilícita.
La colaboración entre ambos gobiernos busca evitar que los flujos de dinero sucio sigan alimentando la violencia y corrupción. Según lo expresado por ambos funcionarios, tanto México como Estados Unidos están dispuestos a continuar con el trabajo conjunto y con el fortalecimiento de sus marcos legales para hacer frente a este desafío compartido.