Crean padre e hijo instrumentos musicales prehispánicos

Es así como suenan los instrumentos prehispánicos que Daniel junto con su hijo Carlos Daniel, realizan en su taller ubicado en el municipio de Amozoc, los cuales nos remontan a los sonidos que las culturas prehispánicas emitían en rituales, ceremonias o su vida diaria.

La pasión por crear estos instrumentos comenzó luego de que viera a su abuela crear un silbato de todos santos, adentrándose poco a poco en esto hasta conocer al maestro Xavier Quijas, quien se dedicaba a realizar instrumentos étnicos.

"El fue mi inspiración porque cuando yo estaba pequeño como a la edad de mi hijo, me llamó mucho también la atención los instrumentos por que vi llegar un video de el, del maestro Xavier Quijas y parte de mi abuela que hacía juguetes de todos santos, juguete de navidad hacia uno que otro silbatito y nace la inspiración".

Y es que las piezas musicales de viento que hacen están hechas a mano a base de barro y emiten sonidos de animales como del jaguar, grillo, aves, lobo, xoloescuincle, cenzontle y hasta un llanto de mujer, los cuáles se elaboran toda la semana en el taller, siendo los sábados y domingos que se venden en Cholula.

"Le damos un sonido que sea armónico, que sea agradable, que no distorsione tanto el sonido, que no sea un sonido pastoso, pro que si sea un sonido totalmente limpio, el sonido pastoso también lo ocupan mucho para tocar, pero son muy pocos los músicos que utilizan ese tipo de sonido".

A Carlos Daniel desde los tres años de edad le llamó la atención lo que hacía su papá, por lo que empezó a ayudar y él también comenzó a investigar para poder tener conocimiento de lo que se estaba haciendo, iniciando poco a poco el sonido de los instrumentos.

"Lo que me inspiró es sobre como lo hacían, como los utilizaban y poco a poco voy investigando de que cultura son, por eso me esta llamando mucho la atención elaborarlos, al igual que mi papá".

Por las mañanas Daniel, cursa la primaria y por las tardes hace tareas y labora con su papá, el cual la elaboración de instrumentos no lo ve como trabajo ya que es algo que le apasiona,

"Lo que ayudo a mi papá es por ejemplo en el lijado, en la pigmentación, los acabados finales y pues ya poco a poco voy aprendiendo a hacerlos".

"Una flauta que mide como lo de 52 centímetros, esa es un poco más elaborada a veces nos llegamos a tardar hasta 15 o 20 o más días elaborar una sola".

Para ellos ser creadores de instrumentos musicales es un orgullo, más aún saber que estos instrumentos han llegado lejos y el sonido de nuestras primeras culturas mexicanas aún está presente en estos instrumentos.

"En varios eventos, en varias galerías, en varios museos ha llegado mi trabajo, mi trabajo ha sido reconocido poco a poco y aquí digamos que el tipo de mercado para lo que hacemos nosotros es de todo porque también hacemos piezas de souvenir y piezas que son para músicos".