Entre las tradiciones de Viernes Santo, también se encuentran los engrillados, estos son hombres y mujeres que participan en la procesión, estas personas peregrinan por el municipio cargando cadenas y espinas en su cuerpo, semidesnudos, con el rostro tapado y descalzos.
Las cadenas que cargan llegan a pesar hasta 80 kilos y recorren alrededor de 5 kilómetros; este peregrinar trae consigo malestares como deshidratación, calambres, taquicardia, asfixia y quemaduras en el cuerpo, quienes realizan este caminar se preparan desde muy temprano a los diversos templos de este municipio para rezar y pedir que los recorridos de 2 horas salga bien.
Con un taparrabos y una tela negra para tapar su cara es que recorren el camino para cumplir una manda o limpiar alguna culpa, cabe mencionar que esta tradición cumple 100 años y los participantes también llegan a presentar úlceras, magulladuras en la piel, irritaciones e infecciones, durante la procesión cargan una charola de limones para poder hidratarse y aguantar el camino.