Gracias al papá de Javier, que se dedicaba a la albañilería, es que pudo estudiar su carrera en gastronomía, incluso desde los 13 años y hasta los 20 se dedicó a ayudarlo, por lo que ahí aprendió todo lo que hoy sabe sobre dicha labor.
Javier dijo que se ha topado con personas que minimizan la labor que realizan los trabajadores del sector de la construcción, ya que representa un gran esfuerzo físico y además suele ser sucio.
Sin embargo para Javier no hay nada de qué avergonzarse en esta labor, la cual sólo le ha traído beneficios a su vida, como el hecho de poder tener una carrera o bien obtener los conocimientos que han ayudado a la construcción de su hogar o incluso el apoyo a sus vecinos.
Finalmente señaló que no sólo generó sabiduría en cuanto a la construcción se refiere, sino que también creó mayor empatía y conciencia hacia las personas y los animales.