El expresidente de Estados Unidos Donald Trump, no ha confirmado si se proclamará ganador antes de que finalice el conteo de votos en las elecciones de este año, pero ha intensificado sus denuncias sobre un posible fraude electoral. Su campaña ha advertido que, de hacerlo, están listos para responder. Esta es la tercera vez que Trump participa en unas elecciones presidenciales, y nuevamente hace eco de acusaciones de manipulación electoral, algo que ya había hecho en 2020.
Trump, quien ganó en 2016 sin necesidad de alegar fraude, ha sido más vocal en sus afirmaciones en esta ocasión. En la última semana de campaña, ha afirmado falsamente que millones de inmigrantes indocumentados votarán por la demócrata Kamala Harris, buscando desacreditar la legitimidad del proceso electoral. Autoridades electorales han señalado que podría llevar varios días conocer el resultado final, especialmente en estados como Arizona, donde el conteo podría demorar entre 10 y 13 días.
En 2020, Estados Unidos tuvo que esperar cuatro días desde el cierre de las urnas hasta que Joe Biden fue declarado ganador, debido a un aumento en el voto anticipado provocado por la pandemia y una participación histórica de 158 millones de votantes. En el contexto actual, los grandes medios de comunicación son los encargados de declarar a los vencedores, ya que no existe una autoridad electoral central en el país.
Un fenómeno que podría influir en la percepción de los resultados es el llamado "espejismo rojo". Este patrón, observado en elecciones pasadas, muestra inicialmente una ventaja para los republicanos, quienes suelen votar en persona antes que los demócratas, que tienden a utilizar más el voto anticipado o por correo. Esto podría dar a Trump la oportunidad de declararse ganador antes de que se cuenten todas las boletas.
La campaña de Harris está atenta a estas maniobras. Un funcionario demócrata comentó que "esperan plenamente" que Trump se declare vencedor la noche de las elecciones, antes de que se complete el conteo de votos. Trump, como en ocasiones anteriores, ha dejado claro que no se comprometerá a aceptar los resultados a menos que considere que han sido justos.
Trump ha instado a sus seguidores a conseguir una victoria "demasiado grande para manipular", lo que podría alimentar la creencia de que su triunfo es inevitable. Algunos medios conservadores, como Fox News, han insinuado que Trump ganará por un amplio margen en los estados clave. Si no obtiene la proclamación de victoria de los medios, ha expresado su intención de llevar el recuento a los tribunales, contando con un equipo de voluntarios del movimiento "Stop the Steal" para recopilar evidencia de fraude.
Ante la posibilidad de disturbios, las autoridades electorales han reforzado la seguridad en los centros de votación, recordando los incidentes violentos de 2020, cuando se registraron enfrentamientos y amenazas en recintos de escrutinio. Además, la retórica sobre el fraude electoral podría encontrar un terreno fértil en redes sociales como X, donde se han promovido teorías conspiratorias sobre el proceso electoral. La situación está en el aire, y la noche electoral podría ser un punto de inflexión significativo en el futuro político de EE.UU.