La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro, se suma cada tercer viernes de marzo desde el año 2008 a la conmemoración del Día Mundial del Sueño, fecha organizada por la Sociedad Mundial del Sueño. Para este año el lema es "la equidad del sueño para la salud mundial". El objetivo es sensibilizar a la población sobre la importancia de dormir bien y las consecuencias de no hacerlo.
De acuerdo a los últimos estudios realizados sobre el sueño, se llegó a la conclusión de que la calidad de vida mejora de forma notable al dedicar el tiempo suficiente a tener un sueño reparador. Sin embargo, en el mundo agitado de hoy, la mayoría de las personas no logran descansar la cantidad de horas que se requieren para tenerlo. Se estima que una persona adulta requiere entre siete y ocho horas de sueño, para restaurar las funciones del organismo.
Si no es posible disfrutar de un sueño de calidad, lo más probable es que el cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones, como trastornos en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico, que conllevarán a otras complicaciones más graves y que están asociadas a las denominadas enfermedades crónicas degenerativas, como obesidad, hipertensión y diabetes.
El sueño es uno de los tres pilares clave de la salud, junto con una alimentación saludable y el ejercicio, y es fundamental para nuestro bienestar físico, mental y social. Las personas que viven con insomnio están despiertas cuando todos los demás están dormidos y agotadas cuando el resto del mundo está enérgico y activo.
La falta de sueño o la mala calidad del sueño pueden hacer que las actividades del día siguiente sean más desafiantes, ya que podría reducir el tiempo de reacción, el estado de alerta, la capacidad de resolver problemas o recordar cosas.
Se recomienda dormir de acuerdo con la edad de las personas: Para los recién nacidos, 18 horas; para niñas y niños entre diez y doce horas; en la etapa de adolescentes entre ocho y nueve horas, y de siete a ocho horas en los adultos.
Los trastornos diferentes de sueño se pueden agrupar en cuatro categorías:
Insomnio: Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido. Los episodios pueden aparecer y desaparecer, asimismo pueden tener una duración temporal o ser crónicos.
Somnolencia diurna excesiva: Problemas para permanecer despierto. Este trastorno también se llama hipersomnio y es cuando la persona se siente cansada todo el día; puede deberse a algunos padecimientos o problemas en el cerebro.
Problema con el ritmo del sueño: Se presenta cuando no se mantiene un horario constante de sueño y de vigilia, por ejemplo, en las personas que tienen horario nocturno o cuando se realizan viajes con diferente zona horaria.
Comportamientos inusuales durante el sueño o parasomnio: Más común en las y los niños. Algunos de estos son sonambulismo (trastorno que se da cuando la persona camina o realiza otras actividades estando dormido), terrores nocturnos o pesadillas.
La Secretaría de Salud recomienda para una buena higiene del sueño:
Tener un horario para acostarse y despertarse todos los días.
Para promover el sueño: realizar actividad física moderada, la cual debe evitarse al menos tres horas antes de dormir.
Es importante el tener un espacio cómodo, oscuro, tranquilo y que no esté demasiado cálido, ni muy frío.
Antes de acostarse evitar comidas excesivas.
Cerca de la hora de dormir: evitar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco.