En los últimos años, México ha enfrentado una creciente ola de violencia contra las mujeres, un fenómeno alarmante que ha dejado cicatrices profundas en la sociedad.
Desde feminicidios hasta agresiones físicas y psicológicas, el país vive una emergencia en la que las víctimas son principalmente mujeres jóvenes, niñas y adolescentes. El caso de Melanie, golpeada brutalmente por su novio después de una fiesta de Halloween en Tamaulipas en 2024, y el triste mediatico caso de Debanhi Escobar, cuyo asesinato dejó un doloroso precedente a nivel nacional e internacional, son solo algunos ejemplos de la violencia sistemática que enfrentan las mujeres en México.
¿Qué es la violencia de género?
Según la ONU, la violencia de género se refiere a cualquier acto de violencia cometido contra una persona debido a su género. En el contexto mexicano, esta violencia se ha enfocado principalmente en las mujeres, quienes se enfrentan a distintos tipos de agresiones, que van desde la violencia doméstica hasta los feminicidios. Se entiende como feminicidio cuando el asesinato de una mujer o niña se comete por razones de género, lo que implica que el crimen no solo tiene una motivación personal, sino que está relacionado con el desprecio y la desigualdad hacia las mujeres.
El Código Penal Federal de México reconoce que un feminicidio ocurre cuando la víctima presenta signos de violencia sexual, cuando hay antecedentes de violencia en el ámbito familiar o escolar, o cuando existe una relación sentimental o de confianza entre la víctima y el agresor. En la mayoría de los casos, estos crímenes se cometen en un contexto de violencia sistemática contra las mujeres, lo que refleja una crisis de género profunda en el país.
Feminicidios: cifras que no dejan de crecer
Las estadísticas son aterradoras. De acuerdo con el sitio Statista, de enero a diciembre de 2022, un total de 960 asesinatos fueron catalogados como feminicidios en México y todas las señales apuntan a que la fecha no vaya a diferir mucho en 2023. El número de mujeres mexicanas que fueron víctimas de feminicidio creció continuamente a lo largo del período estudiado, alcanzando en noviembre de 2023 un total de 769 asesinatos
Además, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), entre 2015 y 2024 se han registrado 798 feminicidios de mujeres de entre 0 y 17 años. Esta cifra se agrava cuando se observa que la violencia contra las menores de edad sigue aumentando.
En los primeros ocho meses de 2023, se reportaron 46 feminicidios de niñas y adolescentes, pero en el mismo periodo de 2024, esta cifra aumentó a 54, lo que significa que, de un feminicidio cada cinco días en 2023, se pasó a uno cada cuatro días y medio en 2024.
Además, la violencia feminicida no ha mostrado signos de disminución en el uso de armas de fuego, que sigue siendo una de las formas más letales de agresión. De enero a agosto de 2024, 10 feminicidios fueron cometidos con armas de fuego, cifra que no ha variado en relación al año anterior. Esta tendencia refleja la extrema violencia con la que se cometen estos crímenes, lo que demuestra la falta de control sobre el uso de armas y la presencia de grupos del crimen organizado.
Entre 2015 y agosto de 2024, se registraron 2,509 asesinatos de niñas y mujeres adolescentes. Esto indica que, en promedio, 21.6 mujeres de entre 0 y 17 años han sido asesinadas cada mes en el país, lo que pone en evidencia una crisis de violencia de género que requiere respuestas urgentes y efectivas por parte del gobierno y la sociedad.
¿En qué partes de México ocurren más feminicidios?
Según la organización civil REDIM, las entidades federativas con mayores tasas de feminicidio y homicidio de mujeres menores de edad en México son el Estado de México, Veracruz y Jalisco, que concentran tres de cada diez feminicidios registrados de niñas y adolescentes en el país. En particular, el Estado de México destaca con 132 feminicidios, seguido de Veracruz con 63 y Jalisco con 60, lo que muestra la disparidad en la distribución geográfica de la violencia.
Este patrón no es casual, y responde a una serie de factores que incluyen la presencia de grupos criminales, la falta de infraestructura en materia de justicia y seguridad, y la persistente desigualdad de género. La violencia contra las mujeres no solo se da en los hogares, sino también en las calles y en el ámbito laboral, donde las mujeres continúan enfrentando discriminación y agresiones.
Las consecuencias de la violencia contra las mujeres
La violencia contra las mujeres no solo tiene efectos devastadores a nivel individual, sino que también impacta gravemente a la sociedad en su conjunto. Afecta la salud física y emocional de las víctimas, deteriora la cohesión social y frena el desarrollo económico y social del país. La constante presencia de violencia genera un clima de inseguridad y desconfianza, lo que impide que las mujeres puedan participar plenamente en la vida económica, política y social de México.
Además, la violencia contra las mujeres también tiene un alto costo para el sistema de justicia, que a menudo muestra una respuesta lenta e ineficaz ante estos crímenes. La impunidad, la falta de condenas y la escasa capacitación de las autoridades para abordar casos de violencia de género agravan aún más el problema, lo que lleva a que muchos de estos crímenes queden sin resolver.
El gobierno mexicano ha implementado diversas políticas para combatir la violencia contra las mujeres, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la creación de alertas de género. Sin embargo, estas medidas no han sido suficientes para frenar la creciente violencia. La falta de recursos, la corrupción y la impunidad son obstáculos importantes que han impedido que estas políticas se implementen de manera efectiva.
La sociedad civil, en particular las organizaciones feministas, han jugado un papel crucial en visibilizar la violencia de género y exigir justicia. Las protestas y marchas, que han sido una constante en los últimos años, han logrado llamar la atención sobre la urgencia de tomar acciones concretas para proteger a las mujeres y erradicar la violencia.