A pesar de existir programas de asistencia y apoyo para personas en situación de calle, existen casos como el de Don José, quien por varios años ha hecho de las calles su hogar.
Refiere que con la ayuda de la gente que le ofrece una moneda, es como logra comprar sus alimentos, y al caer la noche el atrio del convento de la Cruz se convierte en su morada.
Asegura que pese a existir albergues, el prefiere dormir en las calles, ya que no quiere que lo remitan a un asilo debido a su edad.
Está es la forma en la que aún muchas personas en la ciudad viven a diario sin ocupar el apoyo de las autoridades, sobreviviendo únicamente con la ayuda que le brindan los queretanos y sus visitantes.