Don Ernesto Luna, bolero del Jardín Guerrero, nos platica su historia tras la pandemia, destacando que el oficio del bolero decayó mucho desde que los jóvenes prefieren usar tenis que, y ahora con la pandemia bajaron completamente más las ventas, destacó que en 1930 su padre comenzó a bolear y en esa época si había trabajo pero ahora ya solo usan tenis y con la situación como esta pues menos trabajo.
Don Ernesto, también nos platica que él comenzó desde los 17 años de bolero y que sin duda esta época ha sido la más difícil económicamente, pero que realmente eso no le apura ya que afirmó que su padre Dios nunca lo abandonara y cree en él a tal grado que ni siquiera se ha ido a vacunar contra Covid-19, mientras le de unas 4 boleadas dirías, que son de 30 pesos, ya con eso le alcanza para medio pollito, finalizó que antes también lo que hacía era servicio a domicilio pero ahora ya ni eso.