Por: Leticia Alcántara
Será un distintivo de la presente administración. La creación de programas "estrella", pero también, la desaparición de otros valiosos para superar la pobreza..
Marcos Pérez Garcia, dirigente del Movimiento Antorchista en Guanajuato, señala "si comparamos en el año 2016 recibían estos programas sociales el 64% de la población en pobreza extrema y los números para el 2020 dicen que se redujo a 43% para la población en pobreza extrema que recibe estos apoyos".
Por considerarlos "fuente de clientelismo y de corrupción", el actual gobierno ha eliminado varios programas que permitían combatir los índices de pobreza y ofrecían ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables. Entre ellos los programas de empleo temporal; los comedores comunitarios, apoyo al empleo y 3 por 1 para potenciar las remesas de los migrantes, entre otros.
De los 150 programas que había, 93 eran considerados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social como determinantes para reducir la pobreza, de esos sólo quedan 81 y de los 45 dirigidos en específico para el combate a la pobreza, 36 permanecen, pero han reducido su presupuesto.
También se eliminó el programa Prospera, antes Oportunidades, que contribuía de manera relevante al ingreso, la disminución del rezago educativo y la carencia por acceso a servicios de salud. A cambio se creó la pensión para adultos mayores y para personas con discapacidad; producción para el bienestar agrícola; jóvenes construyendo el futuro, y las becas Benito Juárez.
Rogelio gómez, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, destaca "con la desaparición del programa Prospera que tenía un componente de desarrollo infantil para los niños en su primeras etapa de vida y ahora sólo quedo como un programa de becas".
Sin embargo, desaparecer programas y privilegiar la entrega de dinero para superar la pobreza no ha sido funcional
Gonzalo Hernández Licona, director de Red de Pobreza Multidimensional de la Universidad de Oxford, inidca "no se puede acabar con la pobreza solamente a base de programas de transferencia monetaria, en el sexenio pasado a los más pobres, ojo a los más pobres, se les daban mayores transferencias por programas sociales que en este sexenio. Se desapareció el mejor programa que hacia eso que se llamaba "oportunidades", que sin ser perfecto, si hacía llegar el apoyo a la gente más pobre".
No obstante, algunos analistas consideran que este adelgazamiento de los programas sociales no es del todo mal.
Para Roberto Saucedo, activista en temas de transparencia, "deben ser auxiliares para la población no volver a nuestros ciudadanos dependientes de los programas porque esto también provoca que en la psique, aquella personas que recibe un programa ya no se esfuerce por salir adelante porque sabe que cada determinado tiempo le va a llegar un recursos económico".