Se habla de estrés hídrico cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad. El estrés hídrico provoca un deterioro de los recursos de agua dulce en términos de cantidad por acuíferos sobreexplotados, ríos secos y de calidad por contaminación. De acuerdo con el último reporte de la CONAGUA las principales presas de Querétaro están a sólo 8.6% de almacenamiento, el nivel más bajo del país. Entre los siete embalses prioritarios de Querétaro, la presa La Llave está vacía; la presa San Ildefonso se encuentra a sólo 1.5% de llenado; la presa Constitución de 1917 está a 4.8%, mientras que La Venta está a 9.7 por lo que se puede anticipar una año en el que las cosas se podrían complicar de extenderse la sequía que azota la entidad. Con estos datos se puede concluir que Querétaro se encuentra entre los de mayor estrés hídrico.