Cuando una persona sufre de lesiones corporales, estas se detectan de forma inmediata , o a menos de manera más fácil y rápido, en el caso de las afectaciones psicológicas, la dinámica no es igual, pues las personas no sabemos detectarlas tan fácilmente y por ende no actuamos antes de tiempo, siendo más difícil en niños y adolescentes poder detectar síntomas.
En México 6 de cada 10 niños y adolescentes (de uno a 14 años) han experimentado algún método violento de disciplina, al igual que uno de cada dos ha sufrido presión psicológica por algún miembro de la familia y uno de cada 15 ha recibido alguna forma severa de castigo.
Si bien es cierto, los menores suelen ser más vulnerables a caer en situaciones como depresión y ansiedad , las razones más comunes por actos violentos , situaciones personales y embarazos en la adolescencia.
El tema de salud mental es necesario trabajarse desde la infancia y adolescencia, pues ahí es donde estas manifestaciones pueden tratarse antes de caer en actos de violencia y cuadros complejos de ansiedad y depresión en la etapa adulta.
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