Aunque actualmente el sector salud en el estado atiende un promedio de 19 a 20 personas al día, con padecimientos derivados del COVID, ninguna de estas atenciones se refiere a la salud mental y control emocional. Es decir, que no hay ninguna área especializada brindar ayuda psicológica a sobrevivientes, familiares de enfermos fallecidos y al mismo personal médico que enfrentó desde la primera línea a la pandemia en hospitales.
Esto puede explicarse cuando en el 2023 el presupuesto que designó el estado para la atención mental fue menor al uno por ciento, es decir del 0.01 por ciento, de acuerdo con la ley de ingresos y egresos aprobada por diputados locales.
Aunque la ejecucución de lo que será la clínica estatal "Post-Covid", se encuentra al 92% y requirió de una inversión de más de 36 millones de pesos, solo contempla áreas de terapia física, pero de la mental nada se ha dicho.
Dulce ventura Rendón quien preside la Comisión de Salud en el Congreso, aceptó que es un tema pendiente y que no hay recursos suficientes para enfrentarlo.
Las voces de expertos en salud mental, como es el caso del director de la Facultad de Psicología de la UAQ, Rolando Salinas García, han dicho que de no atenderse los efectos en la salud mental derivados del COVID, enfrentaremos otra pandemia de patologías mentales.