El vapeo, algo que se ha vuelto común entre los jóvenes principalmente, expone a los pulmones a una variedad de productos químicos. Aunque estos dispositivos no queman tabaco, tienen cartuchos llenos de nicotina, aceite de cannabinoides (CBD), sabores y otras sustancias químicas que afectan al organismo.
Desde que aparecieron en el mercado, los vapeadores se ofertaron como una opción saludable al cigarro, o hasta una solución para dejar de fumar; sin embargo, tampoco hay evidencia científica que dé sustento a estas afirmaciones.
Se estima que hasta 2022, cerca de 975 mil personas de la población entre los 12 y 65 años en México utilizaron vapeadores o cigarrillos electrónicos y cinco millones los han usado en alguna ocasión.