En diciembre de 2014, Salamanca vivió un acontecimiento cultural significativo con la inauguración del Centro de Lectura "José Rojas Garcidueñas". Su objetivo era claro: fomentar el amor por la lectura y crear nuevos lectores en la región. Este espacio, considerado uno de los más innovadores en América Latina, destacó por su moderna infraestructura y por contar con una amplia gama de estrategias para acercar la lectura a personas de todas las edades.
El centro se convirtió en un modelo a seguir a nivel regional y nacional, con instalaciones que incluían una sala de lectura digital, áreas para primeros lectores, salones de capacitación, módulos de lectura en gran formato y nichos de lectura. Además, contaba con una sala de proyecciones y un espacio para actividades de fomento a la lectura, fue considerado un referente en el ámbito cultural, obteniendo incluso el reconocimiento como "Modelo de Salas de Lectura" a nivel Latinoamérica.
En su inauguración, recibió una donación de 685 ejemplares de 61 títulos nuevos, con el fin de enriquecer su acervo y fortalecer su misión. Este moderno espacio, con capacidad para hasta 114 personas en su Sala de Lectura Familiar "El Erudito" y el Jardín, Además, la Sala de Lectura Digital "El Hallazgo del Crítico" ofrecía acceso a tecnología de vanguardia con mesas digitales y 48 tabletas electrónicas, mientras que la Sala de Primeros Lectores "De Historia Mínima" estaba destinada a bebés y niños pequeños.
Sin embargo, a once años de su apertura, el Centro de Lectura ha perdido su propósito original. Lo que alguna vez fue un referente de la cultura y la lectura en Salamanca, ahora se ha transformado en una bodega y una extensión de oficinas del actual gobierno municipal.
La cultura y la lectura, como pilares fundamentales para la sanación del tejido social, parecen haberse relegado a un segundo plano. El centro, que en su momento fue un modelo ejemplar de convivencia familiar y fomento de la lectura, ahora se encuentra en una situación que dista mucho de su misión original.