En el mes de julio, un inusual patrón climático ha tomado protagonismo en nuestra región, presentando una combinación de lluvias tempranas y una persistente ola de calor que afecta especialmente las mañanas. Ante esta situación, la Secretaría de Educación y Salud ha emitido recomendaciones para los planteles educativos, con el fin de proteger a los estudiantes durante sus actividades físicas y escolares.
Los cambios climáticos registrados han llevado a que las mañanas se caractericen por altas temperaturas y un clima caluroso, mientras que por las tardes o noches se presentan ligeras lluvias y condiciones más frescas. Esta situación representa un desafío para las instituciones educativas y la salud de los menores, quienes son más susceptibles a sufrir deshidratación y golpes de calor.
Conscientes de estos riesgos, la Secretaría de Educación y Salud ha sugerido a los planteles escolares ajustar sus horarios de actividades físicas, recomendando realizarlas en momentos del día donde la incidencia del sol no sea tan intensa. En caso de que no sea posible, se sugiere llevar a cabo estas actividades en lugares que proporcionen sombra y frescura.
La hidratación es otra de las medidas cruciales para proteger a los menores durante la temporada de calor. Los planteles educativos deben asegurarse de que los estudiantes tengan acceso a agua potable de manera constante y promoverlos a mantenerse bien hidratados a lo largo del día.