La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se comprometió este lunes a trabajar para atender la creciente violencia en el estado de Sinaloa, tras las recientes marchas ciudadanas en Culiacán, donde miles de manifestantes exigieron la renuncia del gobernador Rubén Rocha.
Las protestas se intensificaron después de que se conociera el asesinato de Gael y Alexander Sarmiento, de 9 y 12 años, junto con su padre Antonio, el pasado 19 de enero, en medio de la violencia generada por el crimen organizado.
Durante su conferencia de prensa, Sheinbaum expresó su solidaridad con las familias de Sinaloa y aseguró que el Gobierno federal está trabajando "todos los días" para enfrentar la situación. "Sabemos y lamentamos la situación que están viviendo, pero que no sólo es una preocupación, es una ocupación permanente", afirmó la mandataria.
La marcha del domingo en Culiacán, que convocó a miles de personas, fue una de las principales muestras de desesperación de la población, que exige respuestas ante la violencia incontrolable en la región.
La protesta también estuvo marcada por la solicitud de renuncia del gobernador Rocha, quien ha sido acusado de tener vínculos con el narcotráfico, una acusación reforzada por declaraciones del capo Ismael 'El Mayo' Zambada.
Sheinbaum destacó que, aunque el tema de la renuncia del gobernador no es competencia del gobierno federal, se está trabajando en la construcción de la paz en Sinaloa. "La labor del Gobierno federal es apoyar a las familias de todo el país, construir la paz", dijo, reiterando el compromiso de la administración federal para combatir las causas de la violencia y garantizar la justicia. Además, señaló que mañana, martes, se presentará el informe de seguridad, donde se detallarán las acciones en conjunto con las fuerzas de seguridad federales y estatales para atender la violencia.
Sinaloa ha sido escenario de un aumento de la violencia desde septiembre del año pasado, cuando estalló una pugna interna dentro del cártel de Sinaloa, relacionada con la captura de Ismael 'El Mayo' Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos. Desde entonces, el estado ha acumulado más de 600 asesinatos, reflejando el nivel de descontrol que se vive en la región.
Las protestas, que también incluyeron a niños, son una clara manifestación de la desesperación de los ciudadanos de Sinaloa, que han vivido bajo el miedo constante de la violencia. Las calles de Culiacán, la capital estatal, se han visto semivacías en muchas ocasiones debido al temor de enfrentarse a los enfrentamientos entre grupos criminales.
Sheinbaum concluyó señalando que el Gobierno federal continuará con sus esfuerzos para garantizar la seguridad y la justicia en Sinaloa, y subrayó la importancia de mantener la coordinación entre las fuerzas de seguridad para garantizar la cero impunidad.