Por: Leticia Alcántara
Somos casi 130 millones de personas. Una población que en todas sus edades demanda el derecho constitucional de protección de la salud, un derecho que, sin embargo, no se aplica para todos.
Norma Fuentes, persona sin seguridad social, denuncia, "si es algo más grave hay que correr a urgencias a un hospital donde nos reciban. ¿A dónde podrían correr?, por ejemplo la mayoría de las veces vamos a Xoco y ya ahí si están las cosas nos quedamos ahí y si no, a donde Dios nos dé".
La promesa de este gobierno es tener un sistema universal de salud y no sólo eso, con la calidad de servicios como los que existen en Dinamarca.
Zoe Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, confía en la "universalidad para que vayamos creciendo en el número de especialidades, en el número de padecimientos, en el número de atenciones, estudios de diagnóstico, de intervenciones, hasta el momento en que podamos decir, todas y todos se pueden atender de todas las enfermedades y 100% gratuito".
Sin embargo, de acuerdo con los últimos datos de población y vivienda, en México casi las tres cuartas partes de la población, 95.5 millones de personas tienen acceso a algún servicio de seguridad social en las diferentes instituciones, la mitad de ésta estaba afiliada al anterior Seguro Popular, luego INSABI y ahora IMSS-Bienestar. La otra cuarta parte, es decir, 39.2 millones de mexicanos, no tiene acceso a ningún servicios de salud.
De esta forma, el acceso a la salud en México prácticamente está restringido a la posibilidad de un trabajo que te permita, como prestación, acceder a la seguridad social.
Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, señala, "esa vía de acceso que nos parece muy normal es bastante contradictoria con una cobertura universal y los derechos humanos porque evidentemente la salud no es una prestación laboral, no debe serlo, es un derecho humano, entonces estamos lejos de la cobertura universal".
La pandemia de Covid aumentó la imposibilidad de acceder a la salud de forma gratuita, porque muchos optaron por autodotarse de servicios privados, aun siendo beneficiarios, situación que podría agudizarse con la desaparición del INSABI, ahora IMSS-Bienestar, porque no encontrarán la atención que demanda en el sector público.
Victorino Morales, profesor de departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, del Tecnológico de Monterrey, campus Puebla , indica, "te vas a otros países y vez que la atención a la salud que se garantiza universalmente es en público y privado, porque existe esta coordinación y esta alianza para trabajar entre la seguridad pública en temas de salud y la privada".