Juanita, así cómo 600 mujeres que se desempeñan como empleadas domésticas, ya cuentan con una afiliación ante el Instituto Mexicano del Seguro Social lo que les va a permitir obtener atención médica ante cualquier urgencia o enfermedad.
Durante todo este tiempo Juanita ha tenido que trabajar sin ninguna prestación de ley, entre ellas la de seguridad social, lo que le ha implicado gastar más de 500 pesos cuando requiere alguna consulta médica.