A un año del devastador paso del huracán Otis, Acapulco sigue luchando por recuperar su posición como uno de los destinos turísticos más importantes de México.
Según autoridades del estado de Guerrero, la oferta turística del puerto se encuentra aún por debajo del 60 % de su capacidad previa al desastre. De las 19,600 habitaciones que solía ofrecer, actualmente solo 11,500 están disponibles, lo que representa un 58.68 % de su operación habitual.
El huracán Otis, que pasó de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 12 horas, dejó a su paso no solo más de 50 muertos, sino también una devastación económica significativa. La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) informó que los daños asegurados superaron los 39,343 millones de pesos, convirtiendo a Otis en el segundo huracán más costoso en la historia de México.
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? AMIS (@AMIS_mx) October 24, 2024
La recuperación ha sido lenta, según empresarios locales. Luis Fernando Aguayo, empleado de un hotel en la Costera Miguel Alemán que ha sido completamente rehabilitado, señaló que muchos establecimientos permanecen cerrados, afectando tanto la economía familiar como el sector laboral. "Todo mundo pide apoyo, pero muchos han tenido que salir de Acapulco para poder sobrevivir", relató Aguayo.
El impacto económico en Acapulco ha sido profundo, ya que casi el 90 % de sus habitantes dependen del turismo para obtener ingresos. Alejandro Cabello, dueño de un restaurante en playa Bonfil, recordó que los primeros meses tras el huracán fueron extremadamente duros, sin actividad económica hasta diciembre, cuando el puerto comenzó a recibir visitantes. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, muchos negocios no han podido reabrir por completo debido a los altos costos de inversión y la falta de mano de obra.
Además de Otis, Guerrero fue golpeado recientemente por el huracán John de categoría 3 en septiembre, lo que agravó aún más la situación. La violencia también sigue siendo un problema en el estado, complicando la recuperación del sector turístico.
A pesar de todo, los empresarios turísticos mantienen la esperanza de que las vacaciones decembrinas traigan un respiro. Confiando en un repunte en las reservas, estiman que la ocupación podría alcanzar el 80 % para fin de año, sobre todo en las semanas posteriores a la Navidad y Año Nuevo.