En el siglo XXI, la adicción a las redes sociales se ha convertido en uno de los problemas de salud mental más preocupantes, especialmente entre los jóvenes y nativos digitales.
A medida que la tecnología avanza y las redes sociales se vuelven omnipresentes en nuestras vidas, los riesgos asociados con esta adicción se hacen cada vez más evidentes y se compara con otras formas de dependencia, como la adicción a drogas o sustancias.
Un estudio de la Universidad de Harvard sobre el uso y manejo de redes sociales, destaca que el compartir información sobre uno mismo en las redes sociales activa las mismas áreas del cerebro que están involucradas en la recompensa y la adicción.
La adicción a las redes sociales se caracteriza por un uso excesivo y compulsivo de plataformas como Facebook, Instagram, Twitter y TikTok, donde los usuarios pueden pasar horas desplazándose por sus feeds, publicando fotos y actualizaciones, en búsqueda de una validación social a través de likes y comentarios.
La educación y la atención a la salud mental son esenciales para abordar este problema y garantizar un equilibrio entre la vida en línea y la vida fuera de línea.