En las últimas dos décadas, México ha experimentado un aumento en el consumo de drogas, pero este fenómeno no ha impactado a todos los sectores de la población por igual.
Las mujeres mexicanas han sido particularmente afectadas, con un incremento del 205% en el consumo de sustancias psicoactivas entre 2011 y 2022, según datos de la Comisión Nacional contra las Adicciones
Las estadísticas revelan una realidad alarmante: sólo el 15,4% de las mujeres con adicciones reciben tratamiento, mientras que en el caso de los hombres la cifra asciende al 84,6%
Diversos factores contribuyen al aumento del consumo de drogas en mujeres mexicanas. Entre los principales se encuentran la depresión, la ansiedad y el estrés, condiciones que afectan con mayor prevalencia a este sector de la población.
Adicionalmente, los roles de género tradicionales y los estereotipos sociales juegan un papel importante.
Las mujeres que consumen drogas suelen enfrentar un mayor estigma y discriminación, lo que dificulta aún más la búsqueda de ayuda. Se les juzga con mayor severidad y se las culpabiliza por su situación, lo que genera un ciclo de vergüenza y aislamiento que perpetúa la adicción.
Las sustancias psicoactivas más utilizadas por las mujeres mexicanas son el alcohol, el tabaco, la marihuana, los psicotrópicos y los medicamentos controlados para el control o la reducción de peso. El consumo de estas sustancias, además de los riesgos para la salud física y mental, tiene graves consecuencias en la vida personal, familiar y laboral de las mujeres.
La creación de espacios seguros y libres de discriminación es crucial para que las mujeres puedan buscar ayuda sin temor a ser juzgadas o señaladas. A través de un enfoque comprensivo y centrado en el género