El Vaticano advirtió hoy que ni los abusos ni el encubrimiento pueden ser tolerados más, en su primera respuesta oficial a las acusaciones contra el Papa Francisco y altos funcionarios de la Curia Romana por supuestamente encubrir conductas sexuales de un cardenal estadunidense.
Una larga nota, publicada este sábado en italiano y en inglés por la sala de prensa de la Santa Sede, explicó algunos hechos vinculados con el caso de Theodore Edgar McCarrick, arzobispo de Washington entre los años 2000 y 2006.
Entre otras cosas, reveló que el pontífice ordenó un estudio minucioso de todos los documentos relacionados con el purpurado presentes en las diversas oficinas de la Curia y sugirió que estas pesquisas podrían sacar a la luz errores o coberturas.
"La Santa Sede está consciente de que del examen de los hechos y de las circunstancias podrían emerger decisiones que no serían coherentes con el acercamiento actual a tales cuestiones. Empero, como dijo el Papa Francisco, seguiremos el camino de la verdad, donde ella pueda llevarnos", indicó.
"Sea los abusos, sea su encubrimiento, no pueden ser más tolerados y un trato distinto para los obispos que los han cometido o los han cubierto representa una forma de clericalismo nunca más aceptable", enfatizó.
El caso McCarrick acaparó la atención mundial el 26 de agosto pasado, cuando el exnuncio apostólico (embajador del Vaticano) en Estados Unidos, Carlo María Viganó, publicó un panfleto de 11 páginas en las cuales acusó a Jorge Mario Bergoglio de encubrir a McCarrick y exigió su renuncia.
Durante semanas, el líder católico se negó a replicar a los señalamientos y anticipó que respondería a los dichos del funcionario diplomático a su debido tiempo.
En la nota difundida este sábado, la Santa Sede precisó que Francisco "es consciente", y "está preocupado" por la confusión que las acusaciones de Viganó están causando en los fieles, por ello, ordenó publicar la explicación de hechos.
En la misma, se dejó constancia que apenas en septiembre de 2017, la Arquidiócesis de Nueva York comunicó a la Santa Sede la existencia de un hombre que acusaba al entonces cardenal McCarrick de haber abusado de él en la década de 1970.
Entonces, siguió, el Papa dispuso que se lleve a cabo una investigación previa profunda, la cual fue conducida por la misma arquidiócesis neoyorquina y, al final de la misma, los documentos fueron transmitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.
Recordó que, mientras tanto y como en el curso de la investigación previa emergieron "graves indicios", Francisco decidió aceptar la renuncia del purpurado estadunidense al Colegio Cardenalicio, aplicándole una medida cautelar que le prohíbe el ejercicio del ministerio público además de obligarlo a conducir una vida de oración y de penitencia.
Al mismo tiempo, en referencia a otras acusaciones lanzadas contra el eclesiástico, el Papa dispuso integrar las informaciones recogidas a través de la investigación con un completo estudio de la totalidad de la documentación presente en los archivos de las oficinas de la Santa Sede.
El objetivo de este estudio, abundó, es "verificar todos los hechos relevantes, situándolos en su contexto histórico y evaluándolos con objetividad".
"La Santa Sede no dejará, a su tiempo, de hacer públicas las conclusiones del caso que involucra al arzobispo McCarrick", indicó la nota vaticana
Este caso desencadenó la más grave crisis del actual papado, ya que el exnuncio Viganó aseguró en su memorial que él mismo le comentó al Papa de las acusaciones que existían contra el cardenal en junio de 2013.
Aunque no está claro si Viganó fue lo suficientemente explícito sobre los comportamientos de McCarrick en su conversación con el líder católico y, según se conoció, nunca le hizo llegar a Francisco un expediente con los antecedentes del caso.
Como se desprende de la nota vaticana de este sábado, antes de 2017 el Papa no tenía conciencia plena de los abusos del expurpurado y cuando recibió una denuncia específica actuó con una medida que tiene pocos precedentes: quitándole la dignidad cardenalicia.
La "renuncia" del cardenal estadunidense se concretó el 28 de julio de 2018 y fue comunicada ese mismo día por el Vaticano, en una nota en la cual se confirmó que el clérigo sería sometido a un juicio canónico, otra decisión sin precedentes.
Un mes más tarde Viganó lanzó "su bomba" sobre el papado acusando a Francisco de haber ignorado su alerta sobre McCarrick e, incluso, de haber convertido al arzobispo abusador en uno de sus consejeros. Pero su memorial está plagado de lagunas y contradicciones.
A 41 días de la publicación de aquel panfleto y en medio de acusaciones cruzadas, sobre todo entre obispos de Estados Unidos, el Vaticano ratificó que el Papa renueva "la urgente invitación a unir las fuerzas para combatir la grave plaga de los abusos dentro y fuera de la Iglesia".
"(Esto) para prevenir que tales crímenes sean ulteriormente perpetrados contra los más inocentes y los más vulnerables de la sociedad", afirmó.
Insistió que Bergoglio, con el objetivo de abordar este tema, decidió convocar a los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para febrero próximo en el Vaticano.
"El único modo que tenemos para responder a este mal que ha golpeado tantas vidas es vivirlo como una tarea que nos involucra a todos como pueblo de Dios", estableció la Santa Sede.
"Esta consciencia de sentirnos parte de un pueblo de una historia común nos permitirá reconocer nuestros pecados y los errores del pasado con una apertura penitencial capaz de dejarse renovar desde dentro", apuntó.