Praga, 7 mar (EFE).- Más de 3.000 agricultores y unos 700 tractores se congregaron este jueves ante la sede del Gobierno checo, en el centro de Praga, donde derramaron estiércol para protestar contra las medidas que, denuncian, están golpeando al sector, que supone un 2 % del PIB del país centroeuropeo.
"Queremos igualdad de condiciones", "Salvemos el suelo checo" o "Detengamos la liquidación de la agricultura checa", eran algunos de los eslóganes que se leían en las pancartas enarboladas por los manifestantes.
Convocados por la Cámara Agraria y el Sindicato agrícola, los agricultores reivindicaron varias exigencias, entre ellas medidas de apoyo al empleo en el campo y que se levanten las tasas con las que el Estado checo grava ayudas comunitarias a la explotación agrícola.
Es la tercera vez que los campesinos checos salen a la calle desde febrero, cuando protestaron contra el Pacto Verde de la Unión Europea (UE) y la excesiva burocracia de Bruselas a la hora de conceder subvenciones.
También piden que no se modifique la fiscalidad de la tierra, en contra de lo que hace el nuevo plan de consolidación de las finanzas públicas.
La manifestación de hoy, si bien colapsó durante unas horas el tráfico en las inmediaciones de la Oficina del Gobierno, transcurrió de forma pacífica, salvo incidentes aislados como el citado derrame de estiércol, informó la cadena pública CT24.
El ministro checo de Agricultura, Marek Vyborny, prometió este jueves que el Estado apoyará el próximo año el empleo en el campo con 80 millones de euros, a base de rebajas en la seguridad social, en un sector en el que trabajan unas 100.000 personas.
En tanto una tractorada con cientos de vehículos agrícolas cortó este jueves el paso en la frontera entre España y Francia en la localidad española de Irún.
Esta protesta, convocada a través de las redes sociales, fue secundada por cientos de tractores de ambos lados de la frontera, cuyas columnas procedentes de distintos puntos confluyeron en una autopista donde está el paso fronterizo.
La convocatoria, que al parecer partía de agricultores franceses, contó con la adhesión de campesinos de las regiones españolas del País Vasco y Navarra.
Los agricultores de varios países europeos protagonizan desde hace más de un mes movilizaciones en demanda de cambios en la política agraria europea, con menos burocracia y requisitos medioambientales y más controles sobre productos de otros países que entran en el mercado europeo, junto a mejores precios para sus producciones y otras reivindicaciones. EFE