Contingencias, restricciones, operativos de verificación, fueron las constantes en materia ambiental a lo largo de 2019.
Existe un asesino silencioso en el Valle de Toluca, se trata de las partículas suspendidas PM2.5, que a diario son generadas por transporte público, privado y otras fuentes.
De acuerdo con la Red Automática de Monitoreo Atmosférico de la Zona Metropolitana del Valle de Toluca, de enero a mayo hubo 144 días con calidad mala, 5 con calidad muy mala y uno con calidad del aire extremadamente mala.
De acuerdo con especialistas, de no disminuir estos índices de contaminantes, en los próximos años veremos un incremento alarmante de enfermedades respiratorias crónicas, así como muertes relacionadas con la calidad del aire.