La asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con representantes de los 194 estados miembros, aprobó hoy una resolución que condena "en los términos más enérgicos" la agresión militar de Rusia y denuncia la emergencia sanitaria que ha causado y los ataques rusos a instalaciones médicas.
El texto, propuesto por Ucrania junto a medio centenar de países (entre ellos EEUU, la mayor parte de los miembros de la Unión Europea y el Reino Unido), urge además a Rusia a "detener inmediatamente los ataques a hospitales" y otras infraestructuras de la red sanitaria de Ucrania, que según la OMS han sido ya al menos 235, con 75 muertos.
La resolución fue aprobada con 88 votos a favor, 12 en contra (entre ellos Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Siria y Bielorrusia) y 53 abstenciones. Los 41 miembros restantes no votaron o están temporalmente sancionados sin derecho a voto.
Durante el debate previo a la votación, la embajadora ucraniana ante Naciones Unidas en Ginebra, Eugenia Filipenko, subrayó que la invasión rusa "ha creado una crisis sanitaria y humanitaria de gran escala dentro y fuera de Ucrania", por su impacto, entre otros aspectos, en el mercado alimentario global.
A los miles de muertes de civiles se han unido "ataques a instalaciones sanitarias y una tremenda perturbación de los servicios sanitarios del país", por lo que "se ha disparado el riesgo de enfermedades infecciosas en medio de una pandemia", añadió la diplomática ucraniana.
La resolución no incluye sanciones a Rusia en el seno de la OMS, pero sí recoge la reciente petición de su oficina europea para que se suspenda la celebración de reuniones, seminarios, encuentros técnicos y conferencias del organismo en territorio ruso.
El texto llama por otro lado a los miembros de la OMS a que aumenten sus donaciones de ayuda humanitaria a Ucrania y a los principales receptores de refugiados ucranianos.
En la jornada de hoy también se presentó en la asamblea un informe del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en el que el experto etíope insistió en la gravedad de los efectos de la guerra de Ucrania a nivel sanitario.
Junto a las muertes de civiles y ataques a instalaciones sanitarias también destacados en la resolución, el informe presentado por Tedros llamó la atención sobre los efectos nocivos del conflicto en la salud mental, con casi cuatro millones de adultos y un millón de niños en riesgo de sufrir problemas psicológicos por la guerra.
El informe también resaltó el riesgo de epidemias para un país que ya antes de la guerra había sufrido preocupantes brotes de cólera (en 2011) y poliovirus (2021).
También alertó sobre los riesgos a la salud que podría suponer el ataque a instalaciones químicas, mineras, petrolíferas y nucleares, recordando incidentes como una reciente fuga de amoniaco en una zona industrial de Sumy, una de las ciudades ucranianas cercadas durante semanas por el ejército ruso. EFE