Un equipo de arqueólogos analizó los restos de tres momias egipcias correspondientes al periodo romano tardío entre finales del siglo III y siglo IV D.C, y descubrió por lo menos una de ellas conserva el cerebro y otros de sus órganos.
Los hallazgos publicados por la revista Plos One, fueron posibles por la utilización de nuevos escáneres especializados que permitieron el análisis de tomografías computerizadas. En donde los investigadores lograron obtener información sobre el estado de conservación de los cuerpos, la técnica de momificación artificial, la edad de los individuos en el momento de su muerte, su género, altura y salud.
Las momias fueron descubiertas en la antigua necrópolis de Saqqara y corresponden a un hombre adulto, una mujer de mediana edad y otra mujer joven, mismas que fueron cubiertas de estuco.
En lo que respecta al proceso de momificación, los cuerpos se colocaron sobre tablas de madera antes de ser envueltos en tela, yeso y oro, para posteriormente añadirles en la superficie un retrato de cuerpo entero.
Por otro lado, Stephanie Zesch, principal investigador del estudio, explicó que "Las investigaciones radiológicas anteriores de las momias de los períodos romanos ya revelaron que algunas no mostraban evidencia de extirpación del cerebro y de los intestinos. La identificación del cerebro conservado en el caso de la mujer joven apoya, por lo tanto, esta idea".
En este mismo sentido, el experto consideró el hallazgo como una prueba del cambio en las técnicas aplicadas en el tratamiento corporal previo a la momificación debido a que la práctica común en Egipto contemplaba la eliminación del cerebro a través de los orificios nasales.
Entre otros descubrimientos se localizaron cuentas de collares, una horquilla y objetos de metal denso, como sellos de plomo, clavos y dos monedas o medallones, con los que fueron enterrados los cuerpos.