Al menos 28 personas murieron y muchos más resultaron heridas por una serie de atentados suicidas, que sacudieron hoy la oriental ciudad siria de Hama y la norteña Al Raqa, antiguo bastión del grupo extremista Estado Islámico (EI).
El primer ataque se registró esta madrugada en un punto de control militar de la localidad de Taybat al-Imam, al norte de la ciudad de Hama, dos atacantes suicidas disfrazados de granjeros lograron acercarse hasta la posición del Ejército para detonar sus cargas explosiva.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), un grupo opositor que monitorea el conflicto armado de Siria, confirmó que 13 personas perdieron la vida en el ataque, perpetrado por un grupo yihadista en una zona "desmilitarizada", establecida en el acuerdo firmado en septiembre entre Rusia y Turquía.
Medios oficiales sirios informaron que el grupo extremita Ansar al-Tawheed se atribuyó la responsabilidad del ataque en Taybat al-Imam en un comunicado, en el que afirmó que fue perpetrado por tres de sus hombres, en un acto suicida que dejó 30 elementos de las fuerzas armadas sirias muertos o heridos.
Horas después un doble ataque suicida con coches-bomba sacudió la ciudad de al Raqa, en el norte de Siria, provocando la muerte de al menos 15 personas, en su mayoría civiles, y lesiones a al menos una veintena más, entre ellos varios elementos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
En un reporte, publicado en su página Web, el OSDH precisó que en el ataque de esta tarde perdieron la vida cuatro combatientes de las DFS, un grupo de milicias árabes y kurdas, que respaldan las operaciones militares de Estados Unidos en Siria.
El Observatorio, considerado la voz oficial de la oposición siria, aseguró que las detonaciones ocurrieron en la calle de al-Nour, una de las más concurridas de la ciudad de al-Raqqah, y fueron causados por Artefactos Explosivos Improvisados (IED), colocados en vehículos repletos de material flamable.
El grupo opositor confirmó que sus monitores documentaron la muerte de 15 personas, incluidos cuatro miembros de las FDS, y resaltó que se espera que aumente el número de muertos, ya que algunos de los heridos estaban graves y su situación era reportada como crítica.
La violencia se ha intensificado en los últimos meses en Siria, principalmente en el norte del país, donde insurgentes que se oponen al presidente Bashar al-Assad y yihadistas del EI, luchar por el control de las últimas zonas que mantienen en su poder.
Según estimaciones del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), unos 200 civiles han muerto desde mediados de febrero pasado en zonas controladas por los rebeldes, a consecuencia de los bombardeos, ataques armado y atentados contra las fuerzas sirias.