En el fondo marino avanza la construcción de los tramos del gigantesco gasoducto Nord Stream 2, que enviará más gas natural de Rusia a Alemania bajo el Mar Báltico. El proyecto ha provocado fuertes críticas de Estados Unidos, otros países europeos y grupos ambientalistas.
El viernes, la canciller alemana Angela Merkel ratificó su apoyo al proyecto a pesar de las críticas a Rusia por su tratamiento del líder opositor Alexei Navalni y la amenaza estadounidense de aplicar sanciones.
Merkel dijo que su postura hacia el Nord Stream 2 es separada de las tensiones sobre el caso Navalni, quien se recuperó en Alemania el verano tras ser intoxicado con una sustancia química en Navalni atribuye a agentes rusos. Navalni regresó a Rusia, donde fue arrestado al llegar y ha sido sentenciado a cárcel.
Estados Unidos asegura que el proyecto agudizará la dependencia europea en el gas ruso y amenaza la seguridad del continente. Rusia denuncia que Estados Unidos está tratando de promover la venta de su propio gas.
El Nord Stream 2 es propiedad de la compañía rusa Gazprom, con inversiones de varias compañías europeas.
El proyecto fue suspendido en diciembre del 2019 cuando una compañía suiza se retiró al enfrentar la posibilidad de sanciones norteamericanas, lo que obligó a Gazprom a tratar de concluirlo con sus propios recursos.
Este gasoducto podría transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales, capacidad similar a la del primer Nord Stream. Así, sumando los dos Nord Stream, el gigante energético estatal ruso Gazprom podrá bombear 110.000 millones de metros cúbicos de gas al año hacia Europa.
El proyecto es gigantesco. Son aproximadamente 8.400 millones de euros financiados por un consorcio liderado por Gazprom, que incluye a cinco empresas europeas: las alemanas Uniper /E.ON y Wintershall (filial de BASF), la anglo-neerlandesa Shell, la austriaca OMV y la francesa Engie.
El gasoducto tiene 1.200 kilómetros de longitud y hasta 210 metros de profundidad en el mar Báltico. Para construirlo han hecho falta 100.000 tubos que se han instalado a un ritmo impresionante: el avance medio ha sido de tres kilómetros cada día.