El camino que va de Santa María Rayón a Calimaya se ha convertido en un basurero clandestino, y es que las personas a diario van y tiran desde comida, ropa hasta muebles que ya no les sirven, situación que ha generado afectaciones a los campos de cultivo cercanos.
Trabajadores de la zona todos los días se encargan de limpiar, sin embargo una vez que llega la noche y ante la falta de alumbrado gente ajena a la localidad aprovecha y tira sus desechos en dicho lugar.